La Universidad de Córdoba, junto al Centro de Mantenimiento de Vehículos de Ruedas número 2 de El Higuerón, acaban de finalizar la fase de estudio para migrar el vehículo Aníbal desde su actual consumo de combustible a convertirlo en vehículo eléctrico. El Boletín Digital Tierra, del Ministerio de Defensa, ha informado de que el objetivo es el de proporcionar vehículos eléctricos para cubrir las necesidades de movilidad en el interior de las bases, como podrían ser las relativas a seguridad o logística, «a la vez que se aumentaría la vida útil de los Aníbal en 20 años», según declaró el capitán Cebrián, adscrito a la base de El Higuerón.

El proyecto supone varios beneficios. Por un lado, la simplicidad de la tracción eléctrica, con el aprovechamiento de material con el que ya se cuenta, incluyendo piezas de vehículos que ya han llegado a su final de vida, el ahorro añadido de no tener que adquirir vehículos nuevos y, finalmente, el alargamiento de la vida útil de los Aníbal. Por si fuera poco, la migración a vehículos eléctricos reduciría drásticamente su mantenimiento con respecto a la versión original, de combustible.

El aprovechamiento se realizaría aprovechando el conocimiento y las capacidades existentes en el Centro de Mantenimiento de Vehículos de Ruedas número 2, sin necesidad de externalizació alguna, siempre en función del número de vehículos que el mando pudiera determinar.

El capitán Cebrián explica que «la transformación conllevaría el desmontaje del motor de combustión, la caja de cambios, la caja reductora, el alternador y demás elementos auxiliares, ya que todos ellos son necesarios en la versión eléctrica», lo que conllevaría una importante reducción del peso del Aníbal. Además, «se produciría el aprovechamiento de todos esos elementos, puesto que se podrían introducir como respuesta en la cadena logística, con el consiguiente ahorro económico y la reducción de costes de fabricación».

El relevo a todo el sistema de combustión lo tomaría un sistema motor-controlador para cada eje de manera independiente, consiguiendo tracción 4x4 con ambos motores sincronizados, que aportarían una potencia mecánica de 72 caballos por eje, atacando directamente a los diferenciales de transmisión. Todo ello alimentado por un sistema modular de baterías escalable según la autonomía deseada, que podría estar entre 80 y 120 kilómetros de autonomía.

«Nos encontramos ante un cambio de paradigma en el sector industrial similar al de los inicios de la Primera Revolución Industrial, en el siglo XIX», explica el capitán Cebrián. «Actualmente se dan situaciones similares que abocan a plantearse el cambio de tipo de elementos de generación mecánica», ya que la industria del automóvil en nuestro país, toda de capital extranjero, plantea la electrificación del parque automovilístico desde el puto de vista de su renovación con vehículos nuevos y el achatarramiento de los viejos. «Es este concepto el que puede estar llegando a su final. Puede resultar interesante el aprovechamiento de diversas plataformas para hacerles una electrificación motriz integral y evitar el paso intermedio, que implica la construcción de nuevos vehículos, achatarramiento y generación de resíduos, entre otras consecuencias», asevera el capitán Cebrián.