El futuro de Cataluña se decide este domingo en las urnas, en mitad de una pandemia que ha cambiado el día a día de millones de familias. Familias compuestas no solo por miembros catalanes sino, en una elevada cantidad, por emigrantes, que, por diversas razones, pusieron rumbo a esta comunidad en busca de una nueva vida. Entre ellos, miles de cordobeses que viven con incertidumbre y desasosiego la intensa actualidad política de Cataluña.

Según los últimos datos del 2020 publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía (IECA), 101.229 cordobeses han optado por tomar como lugar de residencia la comunidad catalana desde que en 1998 comenzasen a contabilizarse los datos, y se ven inmersos ahora en un periodo de gran agitación política y social. Entre ellos, los mayores de edad empadronados en alguna de las cuatro provincias catalanas podrán votar hoy.

"No voy a ir a votar, ni yo, ni prácticamente nadie de mi familia". Así de rotunda se muestra Rafaela Sánchez, cordobesa de nacimiento y corazón, pero residente en Cataluña durante 60 años. "Me vine a vivir a Barcelona con mi tía cuando tenía 5 años, pero la ciudad ya no es la misma", nos cuenta Rafi, como la conocen sus seres queridos, que reconoce que en cuanto sus nietos sean mayores, volverá a Córdoba. "Mis hermanas viven allí y antes de la pandemia las visitaba mucho. Mis nietos son pequeños, pero estoy segura de que cuando crezcan, me iré a vivir a Córdoba", explica, reconociendo que no cree que la situación cambie con las elecciones.

Rafaela Sánchez emigró a los 5 años. CÓRDOBA

Muchas dudas

"Tengo una casita en Cabra, donde también vive uno de mis hijos, y viajamos mucho a nuestra tierra", comparte también Manuel Aguilera, de 67 años. "Llegué a Cataluña en julio de 1971, y a la semana comencé a trabajar en la misma empresa donde me jubilé, 47 años después", explica Manuel, que vive con inquietud lo ocurrido en la comunidad. "La mayoría de los ciudadanos ya no creemos a los políticos, porque nuestras votaciones no se ven reflejadas en los hechos. Tengo muchas dudas, no sé a quién votar, pero creo que debemos hacerlo, porque si no, estaremos regalando nuestro voto".

Manuel Aguilera, de Cabra. CÓRDOBA

Al hilo de la intención de voto, Juan Manuel Cabanilla y Cristina Pinilla, naturales de Peñarroya, piensan que los ciudadanos catalanes no votan por ver sus intereses reflejados en la política, sino todo lo contrario. "La gente vota por castigo, para intentar que los políticos menos afines a su parecer no consigan la victoria, no por sus afinidades", afirma Juan Manuel. La pareja, de 41 y 30 años respectivamente, llegó a Cataluña hace 6 años, cuando la comunidad estaba inmersa en los altercados del 1 de octubre. "La política es un tema tabú entre amigos y familiares, porque genera mucha polarización y disputas", comparte Cristina.

En ese tabú coinciden todos los consultados, entre ellos Cecilio Burón, empresario cordobés de 79 años. Residente en Cataluña desde 1961, sostiene que toda la vorágine política ha derivado en problemas económicos para los ciudadanos catalanes, muy sesgados por sus opiniones políticas. "Da igual que seas empresario, autónomo o trabajador asalariado, todos nos hemos visto perjudicados con la incertidumbre política, y no creo que la situación vaya a cambiar el domingo", defiende Cecilio.

Desde 1961, Cecilio Burón. CÓRDOBA

Natalio González, de 47 años, natural de Iznájar y profesor de filosofía en Mataró, tampoco piensa que en las elecciones esté la clave del cambio. "El discurso político no está enfocado en el acercamiento, sino todo lo contrario, una postura que se traslada a los ciudadanos y que consigue que la división política siga existiendo". Además, el hermano de Natalio ha sido elegido como responsable covid en una mesa electoral, en un contexto marcado por las quejas ciudadanas acerca de la posibilidad que tienen los contagiados por la enfermedad de acudir presencialmente a votar. "Esta situación genera que muchos ciudadanos, sobre todo las personas mayores que han visto cómo gente de su entorno han fallecido, no irán a votar por el miedo a poder contagiarse", sostiene Natalio.

Natalio González, de Iznájar. CÓRDOBA

El escepticismo es el denominador común ante un escenario electoral condicionado a partes iguales por los movimientos independentistas y la pandemia provocada por el coronavirus.