Bajo el nombre de No hay quien nos tumbe hay un cuarteto, el de Pepón, pero en su esencia caben todos aquellos carnavaleros que, a pesar del empeño de la pandemia del covid-19 por truncar la celebración, siguen manteniendo la magia en Córdoba.

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Pepe Polonio y sus cuatro compañeros de cuarteto hacen cálculos para ensayar con las restricciones en constante cambio. En un local cerrado, antes del toque de queda... Pero «la verdad es que estamos tirando para adelante». «En PTV quieras o no vamos a poder enseñarlo», dice con la satisfacción, al menos, de mostrar su repertorio a los cordobeses en el programa que se celebrará el 3, 4 y 5 de febrero.

Aunque no lo parezca, entre carnavaleros surgen problemas, y así lo recopila el cuarteto de Pepón en sus letras este año, en lo que será una invitación a la intimidad del colectivo. Sobre el coronavirus «ya tenemos bastante en lo alto como para dedicar nuestras letras a lo mismo», explica Pepe. Y reconoce que llevan «lo menos posible», solo «unas pinceladas en una copla pequeña». El fin, la evasión. «A ver si es posible que -los cordobeses- se olviden durante ese rato del coronavirus».

El carnaval, a veces, tiene vocación de servicio público. Por ello, «Los guatamericonsu» se han puesto de acuerdo para «dejar un detalle en Córdoba este año», a pesar de las dificultades que entraña para una chirigota de 14 personas estar bajo los vaivenes de las restricciones, «Hemos ido adaptándonos», explica el director del grupo, Daniel. «Todos juntos no nos hemos visto en todo el año», asegura. Aun así, tirando de ingenio y con las letras, afinaciones y músicas circulando por el móvil, van a dar de sí a «un año fantástico para hincharte». Porque el año que viene, «si esto ha mejorado, la pandemia quedará en un plano más efímero». Para el director de «Los guatamericonsu» este era «el año», pero, aunque uno sea especialista en moldear la realidad para darle un aspecto humorístico, sacar el chiste a un drama es cuanto menos «difícil», reconoce Daniel. «Con el tema de la pandemia había que tener mucho tacto», porque «todo no vale», explica.

En sus letras, la chirigota se remonta mucho al comienzo de la pandemia, «cuando copaba la histeria». Y anima a ver a unos profesores de salsa que dedican su Bolero pandémico a Fernando Simón «por todas las palabras que nos ha enseñado». El grupo también prepara su repertorio para comartirlo por redes sociales.

En «No se salva ni uno», todos los personajes «tienen su pedrá», cuenta Miguel, integrante de El cuarteto del Heavy. Y, en torno al niño de El sexto sentido y las técnicas de un psiquiatra, los componentes del grupo intentarán saciar el apetito carnavalesco. «Me quita un poquito la cosa, pero yo quiero más», reconoce el proio Miguel, quien no duda en señalar que «la responsabilidad es lo primero». Tampoco estará casi presente el coronavirus en el repertorio de un grupo en el cual cada uno «va expresando sus locuras».

Así, con los personajes más que encarnados, los carnavaleros preparan su repertorio para, por unos momentos, poner el disfraz a los cordobeses desde casa.

El cuarteto del Heavy, tras un ensayo en el Campo de la Verdad. Foto: FRANCISCO GONZÁLEZ