La Delegación de Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba ha informado de su intención de instalar filtros HEPA en los 87 colegios públicos de la capital con el fin de ofrecer un mecanismo añadido de protección contra el coronavirus. Según fuentes municipales, los aparatos de filtración se instalarán en todas las clases y los filtros se cambiarán cada seis meses, todo ello con cargo a los remanentes, que preveían una partida de 500.000 euros para la adquisición de estos sistemas de purificación del aire y otros 700.000 euros para realizar mejoras en la climatización de los colegios públicos de Córdoba.

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Lo que no ha concretado el Ayuntamiento es qué horizonte temporal se prevé para iniciar la adquisición de estos sistemas de filtración ni cuándo estiman que se podrán empezar a colocar en las aulas. Tan solo que se tramitará por vía "de urgencia y de emergencia". De momento, ya hay centros que lo han hecho por su cuenta, como el CEIP López Diéguez, en los que el Consistorio podría asumir el coste de la renovación de los filtros.

La instalación de filtradores de aire HEPA será un extra que no eximirá a los centros educativos de garantizar la ventilación cruzada en las aulas, como establece la Junta de Andalucía. Una indicación que es motivo de controversia en este momento por la dificultad de compatibilizar la apertura de ventanas en plena ola de frío con unas temperaturas moderadas que, según la legislación laboral, deberían estar entre 17 y 27 grados. En este momento, las temperaturas que se dan en las aulas están por debajo de 17 grados. Educación ha salido al paso de la polémica recordando que «los centros educativos disponen de recomendaciones para equilibrar la ventilación y el confort térmico» en un documento elaborado por expertos de la Consejería de Salud y Familias y enviada a los centros el pasado 22 de diciembre.

Este documento señala que, en el caso de que no puedan permanecer abiertas ventanas y puertas ni total ni parcialmente (por las condiciones térmicas), se deberán establecer unas pautas de ventilación periódicas, por ejemplo cada hora o cada cambio de clase, durante al menos 10 minutos. Al volver del recreo «sería adecuado mantener la ventilación natural al menos durante 5 minutos», indica, al tiempo que establece que, en cualquier caso, «en estos momentos se prioriza la seguridad de los alumnos ante el contagio sobre el bienestar térmico y la eficiencia energética». Sobre los filtros HEPA, Educación recalca que no hay evidencia científica que establezca «una relación directa entre el uso de sistemas de purificación mediante filtrado en las aulas y su efecto directo en la disminución de la transmisión del SARSCoV-2 en las mismas».