Hay poco ambiente y mucho frío en los pasillos vacíos de Capitulares. El alcalde José María Bellido (Córdoba, 1977) está recién pelado, raya marcada y look mojado. Cara de satisfecho, contenido por la pandemia.

-Se aproxima a la mitad del mandato, empiezo a la contra, ¿echa de menos algo de cuando estaba en la oposición?

-Pues francamente, no. Quitando que en lo personal, la verdad, ejercer de alcalde tiene algunos sacrificios, por lo demás perfecto, porque incluso en un momento tan difícil como este lo que agradezco es la oportunidad de poder desarrollar un proyecto de ciudad y que los vecinos hayan confiado en mí.

-Lo digo porque echando la vista atrás, a ustedes, en la oposición y en la campaña electoral, les funcionó el mantra de la incapacidad del anterior Gobierno para ejecutar el presupuesto, la inacción. Aquello de haber dejado las arcas llenas. Y se presentaban entonces como la solución. Ahora, muchos meses después, ¿cómo lo llevan? ¿Siguen pensando lo mismo o empiezan a creer que es algo más estructural que de gestión?

-Hay de todo, porque hay problemas que son estructurales efectivamente, en este ayuntamiento y en muchos otros: la falta de personal, la burocracia, los procesos de contratación, pero hay otra parte que dependía de algo que yo vi claramente en el anterior gobierno, que era la falta de ganas de gestionar. Quizá no tanto de capacidad, que no voy a ponerla en duda, pero sí de sacar los asunto adelante. En este año y medio que llevamos, con pandemia de por medio, hemos culminado La Normal, que ya está en funcionamiento, se ha puesto en marcha el Centro de Exposiciones, Ferias y Congresos, cuya obra se tiró cuatro años parada, y se ponen en marcha proyectos de ciudad que se echaron mucho de menos los últimos años, como la Base Logística Militar, o asuntos que han saltado estos días a la palestra como el recinto ferial de El Arenal, que lo hemos contado cuando teníamos parte de la solución puesta ya en marcha. En definitiva, con todas las dificultades que hay, creo que no hay comparación posible entre los asuntos que se están sacando adelante en este mandato con respecto al anterior.

-Concluye el año de la mayor crisis que hayamos conocido, al menos los de nuestra generación. ¿Dispone de un balance esquemático para someterlo a examen?

-Estoy de acuerdo, en primer lugar, en la premisa que dice de que es el más difícil de toda una generación. Solo nuestros padres, nuestros abuelos, vivieron épocas tan difíciles por la guerra. Pero salvando esa situación, este año que hemos pasado y seguramente el que viene van a ser los más difíciles, que espero que lo sean y pasen y no vengan cosas peores. Ha supuesto un varapalo enorme, primero en las pérdidas humanas, más de doscientos en nuestra ciudad son demasiados, sin comparación con otras ciudades pero siguen siendo muchos, y luego hay otra parte que es la vertiente social y económica. Que en una ciudad como Córdoba, que su principal industria es el turismo, con toda la movilidad impedida en el ámbito nacional e internacional, cuando además desgraciadamente ha habido más limitaciones de movilidad en la primavera y en el otoño que son nuestras épocas fuertes, puedes imaginarte que la afección a la economía local es brutal.

-Habla de turismo

-Aquí ha habido debates que se han alentado desde el Ayuntamiento en anteriores corporaciones sobre si el turismo era bueno o era malo para la ciudad, sobre si era más positivo el fenómeno del turismo o pesaba más las consecuencias negativas de tener turistas y ahora que no está, porque ha desaparecido de golpe y porrazo, todos nos hemos dado cuenta, creo, de la importancia que tiene para Córdoba. Y sobre todo tenemos que ser conscientes de algo más importante todavía, que no tenemos ningún sector que lo sustituya en el corto plazo. Ya llevamos desde el mes de marzo y estamos a final de año. Si esta situación siguiera sería dramático. ¿Qué es lo que tenemos que hacer? Estar ya preparados para la vuelta, estar en la mejor posición posible para que conforme se vayan abriendo las posibilidades de movilidad y el turismo se reactive, Córdoba sea uno de los destinos preferidos. Lo que nos tiene que hacer es reforzarnos en que esa industria tan importante para la ciudad debe ser una de las principales preocupaciones de todos los que estamos gestionando la cosa pública.

-¿Renunciará a algún proyecto de su hoja de ruta por centrarnos en la recuperación económica o social que deja esta pandemia o son todos necesarios y alcanzables?

-Bueno, hay proyectos que desgraciadamente caen, y caen por la situación económica y social no tanto por nuestra decisión de gobierno local sino porque el entorno económico hace que haya inversiones que se caigan, y estoy pensando sobre todo en la inversión del Cordel de Écija, donde es evidente que los inversores han dado un paso atrás. Era una inversión de 200 millones de euros para un uso comercial, que ahora mismo no puede entrar en los planes de expansión de esa empresa. Situaciones de ese estilo es evidente que se dan y se van a dar. En los planes de gobierno la diferencia de esta crisis con la anterior es que nos coge en un buen momento económico en el Ayuntamiento, no en la ciudad, que es distinto. En el Ayuntamiento, con capacidad para invertir, con dinero en la caja. Echamos de menos fondos del Gobierno para paliar la situación extraordinaria, pero más allá de reclamarlo porque creemos que es justo, no nos vamos a cruzar de brazos y vamos a ir por delante, por eso vamos a poder ayudar a empresas y autónomos, que se van a aprobar las ayudas ya, y por eso los proyectos de inversión no se van a parar. De hecho van a ser buenos porque son proyectos estratégicos: ronda norte, anillo verde, el propio Centro de Ferias… Son buenos por sí mismos y porque durante esta época van a generar una reactivación económica y empleo.

-¿Qué planes concretos le piden los empresarios para dicha reactivación?

-En tiempos normales, lo que nos han pedido siempre ha sido agilidad. Tenemos que hacer un esfuerzo de empatía, pensemos que un empresario, unos empresarios o una sociedad, cuando busca una inversión busca movilizar parte de algo que tiene inmovilizado, un capital, para generar un proyecto, y a partir de ahí hacer un negocio. Si no se hace rápido, pues lógicamente Córdoba es maravillosa pero tenemos ciudades y territorios rivales que pueden optar a esa inversión, con lo cual nos piden siempre agilidad. En estas circunstancias actuales, creo que los esfuerzos son claros: uno, una demanda de todos, intentar rebajar la factura fiscal en la medida que se pueda porque no están teniendo ingresos o han mermado mucho y lógicamente quieren pagar menos impuestos para poder mantener su actividad, y dos, en la medida de lo posible, también ayudas directas. Pensemos ahora en pequeño en lugar de en grande, que un empresario es también el que tiene el comercio de cercanía debajo de nuestra casa o el que tiene el bar a la vuelta de la esquina, que durante muchos meses ha tenido que estar cerrado y otros meses ha tenido que tener un horario reducido. Si no vienen esas limitaciones horarias y de apertura acompañadas de ayudas, muchos de esos pequeños se ven abocados a cerrar, les obligan a cerrar, por eso esas dos prioridades son las que nos han demandado y yo me he marcado con un expediente de ordenanzas fiscales a la baja y con un paquete importante de ayudas directas que van a salir ya.

-Y al margen de estas dos, ¿qué capacidad y margen tiene el Ayuntamiento para poner en práctica otras medidas? No solo hablamos de empresarios…

-Muy justa. Vamos a ser realistas, me gusta hablar claro. El margen que tenemos los ayuntamientos, todos, es muy pequeño. Somos la administración más pequeña que maneja menos presupuesto. Córdoba, que es una gran ciudad, tiene un presupuesto de 300 millones de euros, y la administración autonómica más de 30.000, y el Gobierno de la nación va por billones. Ante esta situación, el Estado es quien tendría que entrar con medidas iguales en todos los territorios, porque si no imagina. Córdoba tiene cierto margen económico, pero hay otras ciudades que no tienen ninguno. Granada, Jerez y Jaén, por ejemplo, están en números rojos. Caso contrario, los municipios del entorno de Madrid que, siendo mucho más pequeños que Córdoba, tienen remanentes. El nuestro era de 17 millones y ellos tienen 100 millones. Esto genera desigualdad porque la respuesta tiene que venir igual en toda España. No pueden depender las ayudas a ese pequeño comercio, a ese bar, a la librería, al autónomo que está todos los días en la calle, de que sus ayuntamientos vengan de una mejor época o peor, que sea más rico o más pobre una ciudad, con más capacidad o menos, debería ser igual en toda España. Evidentemente no me voy a estar quieto y como eso no ha llegado, hemos optado por bajar los impuestos lo que podemos para garantizar que esta ciudad siga funcionando y con ayudas que al final, entre las que ya sacó el Imdeec y las que ahora vamos a sacar nosotros, iremos a 8 millones de euros casi.

-Pues al final ha venido bien que hubiera mucho dinero en la caja de la anterior corporación.

-(sonríe) Sabiendo para qué usarlo, viene bien.

José María Bellido, frente al Templo Romano de Córdoba. Foto A.J. GONZÁLEZ

-¿La compañía de Ciudadanos ha resultado una ayuda o un desafío para la acción de gobierno?

-Mi socio Ciudadanos, Isabel Albas y Ciudadanos, ha sido un gran socio en esta época, porque lo que ha venido ha sido tan duro, tan duro, que hay que ser humilde y reconocer que solo uno, solo un partido no puede sacar esto adelante. Yo he intentado tener el mayor consenso posible, el acuerdo para emplear los ahorros ha sido con todos los grupos del pleno menos uno, los dos concejales de Vox, que creo que se quedó fuera por otras circunstancias más ligadas a que estábamos en pleno debate nacional de la moción de censura, etcétera, y eso complicó las cosas. Y para la acción de gobierno, en estos momentos cuantas más manos, mejor. Ha habido ahí momentos muy difíciles, por ejemplo en Servicios Sociales en plena pandemia, y he trabajado codo con codo con Eva Timoteo y no hemos mirado si era Ciudadanos o el PP. Hay momentos muy complicados en Turismo y estamos trabajando con Isabel Albas para preparar el futuro. En definitiva, aquí hay que superar siempre, pero especialmente en situaciones como estas, los colores, las siglas, los partidos, y mirar por la ciudad.

-Ha hablado de socios de gobierno, de Vox, de las estrategias que vienen condicionadas por Madrid, ¿es Vox un socio estratégico a tener en cuenta para el futuro, como se ha podido ver ya en la aprobación de las ordenanzas fiscales, o un duro rival a tener muy en cuenta?

-Primero, lo que quiero es quitar, demonizar a nadie. Yo como ya tengo experiencia, aquí hubo un partido que también tuvo representación no hace tanto, que era el partido de Rafael Gómez (UCOR), que tuvo cinco concejales, que cuando salió hubo mucha gente que lo demonizó directamente y yo ya dije en su día, que es la ventaja de ser coherente en la vida, que si lo habían votado 25.000 cordobeses tenía toda la legitimidad y derecho a tener esa representación, luego eso acabó fatal por cierto, pero en el momento en que la gente lo votó tenemos que respetarlo. Y con Vox pasa igual, representa a miles de cordobeses que lo han votado. No podemos pensar que son miles de cordobeses fuera del sistema o antisistema, no, son personas como nosotros que optan por un partido determinado y tienen todos mi respeto. A partir de ahí, nosotros con Vox tenemos determinadas políticas en las que es fácil llegar a acuerdos, fundamentalmente en la parte económica. En materia fiscal somos dos partidos con nuestros matices, pero apostamos por rebajas fiscales para generar actividad económica. En materia presupuestaria tenemos prioridades parecidas. Y hay otros asuntos donde las divergencias son profundas y hemos tenido discrepancias muy fuertes: en igualdad, en violencia de género, y cada uno tiene su espacio. Por eso creo que en este momento la relación es la que puede ser, y quizá la que va a ser es de acuerdos puntuales para sacar proyectos de ciudad importantes donde estamos básicamente de acuerdo. Yo no he cambiado mi visión y mi forma de trabajar ni de pensar sacrificándolo en aras a un acuerdo mayor con Vox que diera más estabilidad y esa es la relación. A mí lo que me preocupa no es el futuro como rival, sino sacar esta ciudad adelante porque bastante tenemos.

-Usted ha citado a Rafael Gómez, de cuyo partido procedía precisamente Rafael Carlos Serrano, antes concejal con UCOR y ahora en su equipo de gestión.

-Y además tengo que decir de Rafa que es un magnífico gerente de Emacsa. Creo que demostró durante los años que estuvo de concejal una trayectoria intachable y se estudiaba todos los asuntos. Tenía el reconocimiento público no solo de los compañeros sino de los medios de comunicación y ahora está haciendo una magnífica labor en este proyecto.

-Lo digo porque, ¿encajarían los ediles de Cs en su equipo del PP si hubiera mercado de invierno en esto de la política?

-Esto… Al igual que los entrenadores de fútbol yo solo hablo de mi equipo y de mis jugadores. Vamos a respetar a los otros partidos.

-¿Que haya tres en el centro-derecha no es multitud hasta para una ciudad como Córdoba?

-Que haya más partidos en el centro derecha, sobre todo lo que produce es que sea más fácil que gobierne la izquierda. Esa es la pura realidad aritmética, no engaña. Y a los cordobeses siempre les estaré agradecido porque me dieron la confianza, porque ganamos las elecciones y por eso soy el alcalde. Si hubiéramos sacado un voto menos que el Partido Socialista no sería el alcalde, porque afortunadamente las leyes locales están muy bien hechas y lo que dice es que quien gana las elecciones es alcalde salvo que los otros sumen mayoría absoluta. Y el centro derecha supo interpretar cuál era la situación para propiciar un cambio y votó con un sentido táctico importante, el problema es que es muy difícil extrapolar ese modelo a todas las elecciones, sobre todo en las de carácter general, y mientras que haya esa pluralidad de partidos en el centro derecha pues va a ser muy complicado que se recuperen determinados gobiernos, sobre todo el Gobierno de la Nación, porque cuando se reparten pocos diputados en circunscripciones pequeñas esa división hace que muchos de esos restos de votos sea más fácil meter diputados los partidos de izquierda. En ese aspecto, espero que el día de mañana este panorama se aclare bien por decisión del votante o bien porque haya acuerdos entre fuerzas políticas que propicien que vayamos más unidos a los procesos electorales

-Le veo cómodo en esa idea del PP como la “casa común” del centro-derecha.

-A mí me gustaría. Ten en cuenta que yo me afilié al Partido Popular con 18 años recién cumplidos, con José María Aznar de presidente, y creo que el gran legado que dejó José María Aznar, aparte de otras valoraciones de sus políticas, fue que dejó unificado todo el centro derecha en torno al gran partido, y eso ha propiciado que el Partido Popular haya podido gobernar España en dos ocasiones en dos etapas diferente y cambios en España, y esa es la legítima aspiración que debemos tener todos los que apostamos por ese modelo de ideología de gestión y de valores en España, que haya esa unidad de acción que permita que las cosas cambien.

-¿Cuál es el horizonte que prevé para los partidos de izquierda en el Ayuntamiento? ¿Se atrevería a apostar que se medirá en las próximas elecciones con los mismos candidatos?

-Uf. La verdad es que no tengo ni idea, no lo sé, yo sí sé que los partidos de la oposición en general tienen que hacer una reflexión, que en parte ya han hecho y que se lo reconozco públicamente, que es que en esta época lo que no van a perdonarnos los cordobeses es la división porque sí. Yo creo que hemos dado un buen ejemplo con el acuerdo en el uso de los remanentes, donde nos pusimos de acuerdo de forma muy fácil, porque al final en lo local las ideologías se diluyen y debemos de ocuparnos de los asuntos que realmente les interesan a los ciudadanos, los asuntos que de verdad importan. Cuando nos centramos en eso, se puede llegar a acuerdos. Para dar ayudas a autónomos, a empresarios, para garantizar servicios públicos, determinadas inversiones estratégicas, qué más da que se venga de Podemos o del Partido Popular. Ahora bien, ya entrar en si van a repetir o no… Los procesos internos se los dejo a ellos, no voy a meterme.

José María Bellido, en la terraza superior del Ayuntamiento de Córdoba. Foto A.J. GONZÁLEZ

-Una duda, ¿a quién acude en su partido para pedir consejo?

-En esos momentos duros, que los hemos pasado y te hablo por experiencia, desgraciadamente demasiado reciente, francamente yo he encontrado siempre mucho apoyo, en primer lugar, en el presidente de la Junta, Juanma Moreno. Hemos tenido un contacto muy directo, sobre todo en la etapa más dura del confinamiento. Luego, dentro de la dirección nacional del partido, también te hablo muy claro, con Antonio González Terol, que lleva la política local y rara vez es la semana donde no tengamos una o dos reuniones telemáticas para apoyarnos y coordinarnos. Y en la dirección nacional, con Teodoro García Egea, que Pablo Casado es el referente pero evidentemente mi presidente está en muchas ocupaciones y es difícil poder hablar con él tan a diario.

-Teniendo claro que ya señaló que la Alcaldía colmaba sus aspiraciones, ¿las tiene dentro de su partido o fuera de la política?

-Debemos ser humildes. Yo me presenté a la Alcaldía, que era mi gran ilusión, por trabajar por mi ciudad y soy un afortunado y estoy agradecido de que los cordobeses me dieran su confianza. Evidentemente el proyecto de ciudad va a requerir más tiempo y quiero repetir en las siguientes, pero eso va a depender de que los cordobeses quieran. Tengo ganas, ilusión, fuerza, energía y quiero seguir adelante con este proyecto y que los cordobeses decidan. Y no me planteo un futuro más allá. Mi futuro pasa por el Ayuntamiento, por sacar adelante esta ciudad en unos momentos tan difíciles, por tener ocho años de proyecto de ciudad que es lo que me planteo y luego, francamente, ya veremos. También te digo que es cierto que tengo aspiraciones y proyectos fuera de la vida política que también quiero desarrollar. No sé cuándo llegarán, porque entre otras cosas no depende de mí. A lo mejor es dentro de dos años y medio cuando digo que ya toca.

-Hablando de la opinión de los cordobeses, el último UCObarómetro

-A mí de los datos que tenemos del UCObarómetro, los que manejamos nosotros y de la sensación en la calle, de todo, creo que lo importante y lo que yo agradezco es que los cordobeses han entendido dos cuestiones: una, que nos ha tocado dirigir la ciudad en el peor momento de su historia seguramente desde la Guerra Civil y principio de la Dictadura hasta ahora, y que han entendido también el proyecto de ciudad que queremos desarrollar, porque es cierto que ahora mismo todavía aunque hay muchas cosas que se están desatascando, lo que estamos haciendo, lo que están viendo, que es un avance, es un esfuerzo por sacar esto adelante y un esfuerzo honrado, sin horario, meses de mucha preocupación, mucho estrés, y me tranquiliza y da fuerzas para seguir. Íbamos a poner en marcha la comisión del plan estratégico y en la pandemia es absurdo, no está en cabeza humana, no estábamos para reflexionar sobre los próximos 10 años sino para sacar que la gente no tenía para comer a final de mes, cada día. Teníamos que estar en eso, en limpiar y desinfectar la calle, y ahora es cuando nos toca, ojalá con la vacunación que es la mejor noticia de este año, poner en marcha este proyecto que va a ser también muy valorado por los cordobeses.

-¿Era un estudiante de fondo o de esprint final?

-Siempre fui de fondo y es mi forma de ser. Ya no es la política, a cada uno nos paren como nos paren, y somos como somos y siempre he sido de fondo. Yo recuerdo los mejores años de mi etapa de estudiante porque solo me dedicaba estudiar, luego me metí en más líos, a trabajar, en política... Cuando estaba en primero y segundo de Derecho me apunté al turno de tarde a conciencia. Primero porque todos los profesores eran magníficos, pero luego había una parte que era más práctica, daban clases jueces, fiscales... No tanto el mundo de la teoría, sino cómo llevarlo a cabo. Y luego porque eso me permitía que toda la mañana me organizara, iba a la biblioteca y estudiaba lo que se daba en esos días de clase y luego llegaba a los exámenes y básicamente ya era repasar la materia. Es mi forma de trabajar, de fondo, con responsabilidad, con solidez y no improvisando en esos esprint finales de meterme la paliza sin dormir para llegar con ojeras y el café enchufado. Yo soy más de otra forma y en la labor de gobierno creo que se está notando. Cuando van llegando los cierres trimestrales y anuales vamos cerrando asuntos porque están programados, no se improvisa. Cuando se llega a esta fecha de ahora, lo que tocaba era esto, después de seis meses de trabajo: aprobar las bases y la convocatoria de ayudas a las empresas, pero no porque ahora improvisemos sino porque recogemos el fruto antes de acabar el año de todo ese trabajo realizado.

-Habla de trimestre y hago memoria: la Normal y su polo digital, la Ronda Norte, el plan de transformación de zonas vulnerables, la macro base militar, el recinto ferial de El Arenal y el Ronda Norteestadio El Arcángel

-El primer trimestre del 21, el proyecto más importante es el de la Base Logística Militar. Realmente cuando toca es ahora, más allá de haber anunciado que somos la ciudad candidata, a principios de año lo que tiene que pasar es presentar ya el magnífico dossier, aunar las voluntades en un proyecto de ciudad, que cuanta más gente quiera sumarse mejor: instituciones, partidos políticos, e ir a Madrid a convencer de que Córdoba es el mejor destino. Es un proyecto a 50 años para esta ciudad y tenemos que pelearlo con todas las armas a nuestro alcance. Otra cosa que toca, que es evidente, es aprobar los presupuestos. Ahora ya sí que lo quiero explicar bien. Hemos esperado por decisión mía primero, no del delegado de Hacienda, al que hay quien le quiere responsabilizar. Nosotros hemos hecho una reflexión al igual que otros alcaldes, aunque otros han tomado otras igual de respetables, pero yo estoy en la Comisión de Hacienda de la Femp, y llevamos reclamando al Gobierno de la Nación un fondo de 3.000 millones desde hace siete meses que se ha ido prometiendo y postergando, prometiendo y postergando, y entiendo que si nosotros aprobamos los presupuestos y lo hubiéramos hecho ya y se hubiera iniciado ese trámite, no podíamos haber incluido esos fondos, y eso significa básicamente renunciar a ellos porque en el fondo estás dando tu brazo a torcer. He querido esperar al último Consejo de Ministros del año y desgraciadamente creo que no va a llegar ese fondo de 3.000 millones. Pero ya no podemos esperar más. Y ahora es cuando vamos a empezar a tramitar los presupuestos, pero no será porque nosotros, yo y muchos otros alcaldes, no hayamos esperado hasta el último minuto para que venga ese dinero que iría a los presupuestos del Ayuntamiento, porque así cambiarían de la noche al día. Hacer unos presupuestos con 30 millones de euros más o 30 millones de euros menos, que es lo que más o menos nos correspondería a Córdoba, por eso hemos aguantado hasta ahora.

-La oposición le acusa de mal gestor. ¿Lo ve como un golpe bajo a lo que siempre ha simbolizado su partido? ¿También lo es a su modo de entender la política?

-Básicamente, es que no se corresponde a la realidad. Vamos a ver, vuelvo a hacer algo de memoria, nosotros nos encontramos con proyectos de ciudad absolutamente atascados, ni para adelante ni para atrás: el Centro de Ferias llevaba cuatro años parado con un intento de atajo de hacerlo a través de una empresa pública, Tragsa, que es una magnífica empresa pública pero que no se podía. Hoy en día puede irse al Parque Joyero y se está ya trabajando en ello. La Normal era un proyecto que estaba en los tribunales, ya no solo parada, sino en los tribunales enquistado. Hoy en día está abierta y funcionando con unas jornadas y vamos a poner allí en marcha el polo digital. Llevamos reclamando un plan para los barrios vulnerables, yo en la oposición durante años, anunciado no sé cuántas veces por la anterior corporación, los mismos que ahora dicen que no somos buenos gestores, y el otro día ya se firmó un convenio con una universidad fantástica como es Loyola, en una colaboración público privada para desatascar y tener un plan de ayuda a esos barrios vulnerables. Nos vamos a Urbanismo, que muchas veces es el caballo de batalla. En Urbanismo se han desbloqueado licencias para miles de viviendas, que son decenas, centenares de promociones que se están construyendo. No hay más que darse una vuelta por toda la zona de expansión de Córdoba y ver la cantidad de grúas que hay, que se pueden contar, y eso es porque se han desatascado esas licencias que estaban paradas. Puedo seguir poniendo ejemplos, pero no creo que sea necesario hacer una relación exhaustiva. Esto ha cambiado mucho. Que nos gustaría ir a más, claro que nos gustaría; que se puede hacer mejor, claro, soy el primero que hago autocrítica, pero es incomparable. Y lo del golpe bajo no, nosotros somos gestores, pero no solo somos gestores, somos políticos, y en esta ciudad lo que se ha superado en el último año es el enfrentamiento. Aquí había enfrentamientos artificiales en torno a temas que no importaban a nadie: los nombres de las calles, la Mezquita... No hay esa tensión ya. Hemos entrado primero en desatascar lo importante, y segundo hemos hecho que el Ayuntamiento sea de todos. Es que yo he firmado hace poco un convenio que no se ha hecho aquí nunca con la Junta de Andalucía, el Estado, la Diputación de Córdoba y el Ayuntamiento para las fosas comunes que hay en los cementerios. ¿Y por qué no? Porque eso es humanidad, eso no es ideología. Eso es que cada uno pueda enterrar a sus familiares con dignidad y saber dónde están, y eso por supuesto que sí. Donde no nos van a encontrar es en abrir debates artificiales sobre el nombre de calles que además a nadie interesa.

-Sería para ustedes un debate sin interés pero llegaron y las volvieron a cambiar.

-Claro, pero fíjate que el cambio ha sido el que dijimos en su día, que dijo el secretario, y el que trata de cerrar este debate para siempre porque lo que hemos hecho es recuperar el nombre tradicional, es decir, Cruz Conde, Vallellano, que es como se conocía eliminando cualquier referencia que a alguien pudiera resultarle ofensiva, que no digo que no lo fuera, pero evidentemente, porque sensibilidades puede haber muchas, hemos cogido un camino donde todos nos sintamos cómodos y cerrando ese debate para siempre. Afortunadamente, como va a haber resoluciones judiciales, alguna ya ha recaído, que por cierto dio la razón a lo que nosotros pensábamos, por lo menos se cerrará el debate en torno a si cumple o no cumple con determinada legislación porque lo dice un juez, y así el que quiera reabrirlo lo va a tener complicado porque si cumple con lo que dice la ley y se quieren cambiar tendrán que explicar el porqué.

José María Bellido, en su despacho en el Ayuntamiento de Córdoba. Foto A.J. GONZÁLEZ

-Vuelvo a su caballo de batalla como dice: Urbanismo. Más allá de números o grúas, ¿no cree que es hora de un análisis más profundo? Un diagnóstico y tomar medidas más allá de corporaciones, porque es un área con problemas endémicos en Córdoba.

-En Urbanismo nos falta una cosa que tenemos detectada e igual que te digo que hemos avanzado en alguna, en otras somos cocientes de las mejoras que nos faltan. Se han desatascado las licencias de los grandes proyectos de inversión y de vivienda porque generan una actividad económica que ahora es más necesaria que nunca, pero nos queda por resolver esa licencia en la parte más pequeña, en los proyectos que no sean tan grandes, la de licencia individual que se quiere hacer. Estamos tratando de contratar a más arquitectos para que se encarguen de esa parte. Y luego la ciudad, en el resto de la parte de Urbanismo, tengo que decir que funciona muy bien. El único problema que tiene Urbanismo, que tenía, era de licencias, de tema de agilidad, porque de planeamiento funciona muy bien y no tiene apenas choques con la administración andaluza. Y hay otro debate, el otro día hubo una moción en el pleno que al final no se aprobó, que Córdoba tiene un plan por desarrollar. Porque el debate de Urbanismo en Córdoba en los próximos años, donde yo quiero centrar la acción de gobierno es en desarrollar el Plan General de Ordenación Urbana en la parte de los usos no lucrativos. Es decir, Córdoba ha seguido creciendo, ha habido barrios de expansión como Levante, pero se han quedado grandes huecos en la ciudad que correspondían a los equipamientos y a las zonas verdes. Por eso queremos hacer el anillo verde de Levante a Poniente, pasando por los Jardines del Flamenco en la zona baja del Patriarca, los jardines del barrio de La Arruzafilla, la zona ajardinada por encima de la ronda norte en el Patriarca hasta llegar a la Asomadilla, y luego desarrollar el Parque de Levante. Por eso queremos hacer también nuevos equipamientos en la ciudad como centros cívicos. En definitiva, la ciudad tiene que terminar de cohesionarse, porque ha ido creciendo y se ha hecho un desarrollo lucrativo de viviendas, que está bien, pero tenía que haber ido acompasado de todas esas zonas verdes, equipamientos, que hacen que los barrios aparte de tener buena vivienda tenga buena calidad de vida, y más ahora después del covid que todos nos hemos dado cuenta de la necesidad de esas zonas verdes. Ese es el debate para mí importante de los próximos años.

-En su modelo de cohesión, expansión, etcétera, a mí me falta algo muy importante por resolver, las parcelaciones.

-Sí, también. Las parcelaciones yo confío en que la normativa de la Junta cuando termine de ajustarse, podamos hacer el compromiso que mantengo que es de dotar de servicios básicos a todas, que tengan luz y que tengan agua. La verdad es que dependen de esa legislación andaluza que no ha llegado hasta donde creíamos que iba a llegar, pero que también es cierto que se está ya trabajando en cambiarla.

-Ha habido imágenes muy duras en esta pandemia

-El fenómeno de las colas del hambre, se le ha puesto hasta un nombre porque ha sido en toda España, ocurrió porque el cierre de la economía ha hecho que mucha gente perdiera su empleo, y otros no pudieran sacar su jornal diario, por así decirlo, y eso hizo que en una semana o 10 días el número de usuarios se multiplicara exponencialmente cada día. Se veía cómo iba subiendo la demanda y eso era imposible de abordar con los cauces habituales ordinarios nuestros y de todos los ayuntamientos, porque esas colas del hambre se han visto en toda España. ¿Qué aprendimos? Primero, que hay que reforzar los servicios sociales con personal y con presupuesto, y se ha hecho este año. Le hemos dotado de un presupuesto extraordinario de más de 3 millones de euros para poder responder a la crisis de la pandemia, pero tenemos que aprender una segunda lección, que es muy positiva la colaboración público privada en materia social. Que organizaciones como Cáritas, Cruz Roja y tantas oenegés que hay en la ciudad, Banco de Alimentos, etcétera, si no hubiéramos tenido la posibilidad de colaborar con ellos no hubiéramos llegado, y eso nos tiene que hacer también reforzar su papel, en la gestión no de los servicios sociales sino de las necesidades sociales que existen en la ciudad.

-¿Se pondrá la vacuna?

-Sí, cuando me toque. Espero que sea pronto y me la pondré.

-¿Aún no sabe cuándo les toca a los políticos?

-A mí no me han dicho nada todavía, pero lo que sí digo es que es muy positivo ponérsela y que no hay que tener miedo. Cuando me llegue mi turno me la pondré con responsabilidad y con alegría.

-Hablando de fechas señaladas, ¿tiene una ligera idea del día en que se soltará de la mano de Isabel Albás? ¿O acaso el matrimonio durará hasta que las urnas les separe?

-(ríe) No, hombre yo afortunadamente lo importante (ríe de nuevo), lo importante en la vida es con quién la haces. Muchas veces es a dónde quieres llegar y con quién lo haces. Yo tengo una magnífica compañera de viaje que es de antes y va a ser de después, y también tengo que decir que esto me ha dado la oportunidad de tener a otros fantásticos compañeros que más que compañeros son amigos también, que son casi de la familia, que son compañeros de vida no solo del viaje de la política, y eso es lo que nos mantiene los pies en el suelo. Esas raíces son las que hay que guardar y yo procuro cuidarlas.