Alivio y alegría era lo que este miércoles se respiraba en la estación de Renfe de Córdoba entre los viajeros que llegaban desde Cataluña, Navarra o Aragón y entre los familiares que esperaban ansiosos su llegada. Las restricciones impuestas para evitar la expansión del covid-19 han tenido en el aire muchos viajes, cuyo destino era pasar la Navidad en casa o con familiares. Este miércoles, fue el primer día que se abrieron las fronteras de las comunidades autónomas para permitir brindar en Nochebuena a unos miles de kilómetros de distancia del lugar de trabajo o de estudio. Muchas de las personas que esperaban en la estación no veían a sus seres queridos desde el verano y eso había que celebrarlo, por ejemplo, con globos.

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Manoli López esperaba a su hija, Mónica, con cuatro magníficos globos y con muchísimas ganas de abrazarla. «Los globos son para recibirla, que no la veo desde septiembre. Ella estudia Derecho en Barcelona y va a pasar las vacaciones de Navidad en casa», comentaba feliz y bastante nerviosa. No es para menos, la incertidumbre sobre si se podría viajar en Navidad, pese a que nunca se ha negado esta posibilidad para volver a casa con la familia ha estado flotando en el ambiente desde principios de diciembre.

Es el caso de Javi Moraleda y Verónica Codosero, que llegaron a la estación de Córdoba para después trasladarse a Jaén con su familia. «Hemos esperado a que en Cataluña nos dijeran que podíamos salir para sacar el billete, que lo sacamos el lunes», comentó Javi Moraleda. Ambos dijeron sentirse aliviados por poder volver a casa en Navidad, pero «algo molestos», porque «en el vagón no cabía ni un alfiler, venía francamente abarrotado».

Javi y Verónica han llegado a Córdoba desde Barcelona y van de paso a Jaén. FOTO: MANUEL MURILLO

De la misma opinión fueron Alejandro Perea y Denise Chocero, que venían de Barcelona para pasar las fiestas con familiares en Hinojosa. «En el tren no se respetaban la distancia de seguridad y no nos han tomado la temperatura. Solo pasaba, de vez en cuando, una señora para ver si teníamos la mascarilla puesta», aseguró Denise Chacero. Ella tenía que volver sí o sí, porque la pandemia les pilló en Barcelona y no ve a su madre desde febrero.

Respecto a lo lleno que venía el tren, Elisa, la madre de un joven que venía de Zaragoza, lo tenía muy claro: «La vuelta la haces en coche».

Para María Luisa Serrano, que da clases en un instituto de Tudela (Navarra), que el tren no haya parado en Madrid le ha supuesto «un gran alivio, porque no tenía que hacer transbordo y así he venido más protegida». Ha viajado a Córdoba para estar con una hermana y luego irá a Priego para estar con otro hermano. El viaje le ha parecido todo un reto por la distancia, el covid, la mascarilla, pero ella contaba con un salvoconducto. «Vengo con un papel del Gobierno navarro y no he tenido problemas para llegar», dijo María Luisa Serrano

.María Luisa Serrano ha viajado desde Tudela a Córdoba para pasar las navidades con sus hermanos. FOTO: MANUEL MURILLO

Otra joven, cargada con maletas y con el violín con el que estudia en Zaragoza, reconoció ayer que al bajarse del tren en Córdoba sintió mucho alivio. «Vengo a casa de mis padres y tengo el billete desde el puente de Halloween, pero hasta que he llegado no me lo he creído».

Todos los viajeros con los que hemos hablado viajaron a Córdoba para estar en Navidad con sus familias y nadie comentaba que regresara para pasar las fiestas con allegados. Las navidades de este 2020 van a ser muy familiares.