El cálculo de raciones es fundamental para conseguir mayor estabilidad en los niveles de glucosa en sangre en las personas diabéticas y reducir así el número e intensidad de los episodios de hipoglucemia, tener flexibilidad en la alimentación y mejor calidad de vida, según ha indicado Lourdes de la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba.

A través de una nota de prensa, la nutricionista, que ha impartido un taller en formato on line, organizado por la Asociación para la Diabetes de Córdoba (Adicor) con el objetivo de promover la alimentación variada y equilibrada en las personas con diabetes, ha señalado que hay que controlar de manera exhaustiva que la dieta sea saludable.

En este sentido, ha explicado que existen diferentes herramientas para conocer cómo alimentarse adecuadamente en caso de tener diabetes y el método del plato es uno de los más recomendables. Este método consiste en que la mitad del plato debe incluir verdura, un cuarto del mismo lo deben ocupar alimentos proteicos (pescado, carne o huevo) y el otro cuarto alimentos con mayor contenido de hidratos de carbono (arroz, pasta, patata, entre otros). La cantidad de alimentos también se puede medir mediante una báscula, un vaso medidor o a través de guías visuales de alimentos o etiquetado nutricional, si el alimento está envasado.

Asimismo, Lourdes de la Bastida ha mostrado la importancia de otros aspectos como el índice y carga glucémica de los alimentos y su combinación, debido a la influencia en la biodisponibilidad de los hidratos de carbono en el organismo. Los alimentos que presentan mayor índice glucémico serían pan, pasta o arroz blanco y lo que contienen un índice glucémico bajo son principalmente las verduras o frutas como la berenjena, calabacín, manzana o melocotón.

Además del índice glucémico debemos de tener en cuenta la carga glucémica del alimento, donde también se incluye la cantidad total de hidratos de carbono que contiene una porción habitual de consumo. Por ejemplo, la sandía presenta un índice glucémico alto pero debido a su bajo contenido en hidratos de carbono por ración de alimento, hace que su carga glucémica sea baja. En general, una alimentación con baja carga glucémica favorece el control glucémico.