«Un proyecto ambicioso pero muy bonito. Estamos encantados», asegura emocionado el párroco Ángel Roldán al hablar de un proyecto que nace para dar una oportunidad laboral a los jóvenes desempleados y en riesgo de exclusión social del barrio de Parque Figueroa. La iniciativa surge con la pretensión de proporcionar una ayuda que sea «a largo plazo, eficaz y real». De ahí la idea de la formación, para ofrecerles «una salida laboral de verdad».

Al menos con este propósito se plantea la creación de un curso «de calidad», que sea de utilidad y amplíe las posibilidades laborales de los que lo realicen. Para ello, desde la parroquia se pusieron en contacto con el grupo empresarial hostelero Cabezas & Carmona, compuesto por los restaurantes Taberna El Número 10, Casa Rubio y Casa Pepe de la Judería, para que el aprendizaje fuera impartido por profesionales de calidad del sector. Este grupo no solo ofrece al proyecto la formación, sino que contempla la contratación de algunos de los alumnos del curso, aportando un incentivo clave para los participantes y aún más valor a la iniciativa.

El padre Ángel ha sido el que ha acercado el proyecto a la gente del barrio, de los que dice están «contentísimos» con el mismo. Esta iniciativa supone una gran oportunidad para personas desempleadas, como es el caso de María Olga Romero, una venezolana de 33 años que llegó a Córdoba hace dos años y medio y es una de las alumnas, junto a otras 14 personas más (de entre 24 a 35 años) del barrio.

«Me gustó muchísimo, porque a pesar de que vayamos o no a quedarnos, ellos nos van a formar», señala María Olga después de la primera semana de clases. Y es que, aunque la posibilidad de ser contratados es un fuerte punto a favor, las nuevas posibilidades que les abre la formación son igualmente cruciales.

Ella, dueña de una empresa de publicidad en su país natal, del que tuvo que emigrar, perdió su trabajo en una tienda en la judería debido a la pandemia del coronavirus. Fue asistiendo a la parroquia de su barrio, donde el párroco Ángel la animó a hacer el curso. María Olga destaca lo involucrado que está el padre con ayudar a la gente de la zona. Una entrega que viene de lejos, pero que se ha hecho aún más visible durante este año tan duro en el que 160 familias subsistieron a los peores momentos de la pandemia gracias a la ayuda de la parroquia.

«Formar y ayudar a la inclusión», esos son los pilares que articulan la formación, y los que llevaron al grupo Cabezas & Carmona a participar en el proyecto, según cuenta Cayetano Romero, encargado del curso en el grupo empresarial. Las actividades, que tendrán lugar en el Restaurante Casa Rubio de noviembre a febrero, se abordarán con una metodología eminentemente práctica. Estas incluyen desde la gestión básica de una empresa de hostelería, nociones de gastronomía y alimentación, conocimiento de la cultura de la ciudad, operaciones básicas para el funcionamiento de un establecimiento, hasta incluso actividades relacionadas con la orientación laboral, clave para el objetivo social de la iniciativa.

La difusión de la presentación del proyecto ha provocado que «mucha gente se ha quedado sin poder hacer el curso», según el padre Ángel, por lo que ya se está planeando un segundo turno de formación para aquellos que no han podido participar en esta primera aventura. Un granito más en las reacciones solidarias vividas en Córdoba por el covid.