«Hoy van a los Jardines de Colón como locos, pero ellos y nosotros» asegura Myriam, madre de dos niños de 2 y 4 años, al enterarse de la reapertura de los parques infantiles y jardines. Una medida, que llega 6 días después de que se aprobara un cierre que levantó la indignación de muchos padres y madres que reclamaron en redes su apertura bajo el hastag #abridlosparques. Entre ellos, Dolores, madre de dos niñas de 5 y 7 años, que confiesa que su alegría por la reapertura va de la mano de la incertidumbre ante unos cambios tan repentinos, «todo genera un poco de inseguridad. Parece que están jugando a una ruleta, lanzando el dado y a ver lo qué toca».

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Una noticia que, a pesar de ser repentina, mejora las perspectivas del puente para las familias con niños pequeños que necesitan espacios abiertos seguros en los que sus hijos puedan correr, jugar e interactuar con otros niños, y ellos puedan relajarse un poco, «estoy tan reventado ya» nos confiesa Fernando, padre de un niño de 2 años, después de una semana sin parques, mientras apuraba la tarde en el Bulevar del Gran Capitán, antes del anuncio de la Junta.

La nueva medida supone un balón de oxígeno tanto para padres como para niños ya que, debido a la reconfiguración de los centros escolares para aplicar las medidas sanitarias, los más pequeños han visto cómo el patio de recreo se reducía y se les impedía interactuar con niños fuera de su clase, «en mi patio hay una línea amarilla para que los otros niños no se pasen» nos cuenta Mateo de 5 años. Ante esta reducción del tiempo de juego y actividad de los menores en el colegio, se hacen aún más cruciales las salidas y el uso de los parques y jardines, «los profesores nos han dicho que tienen que salir, porque en el patio están sectorizados por clases y no pueden corren, entonces se les nota mucho que llega la noche y no están cansados. No están como estaban antes» afirma Ángela, madre de un niño de 4 años, a preguntas de este periódico.

En el caso de los niños un poco más mayores, es más fácil encontrar actividades con las que se entretengan y gasten la energía desbordante de un niño. Las actividades extraescolares como el fútbol o la natación se convierten en aliado de madres como María José y Pilar. Sin embargo, para los padres de Eugenia, de tan solo 1 año, poder visitar parques y jardines es una necesidad para el desarrollo de su hija. De hecho, durante estos 6 días de cierre han notado el trastorno de sus horarios de sueño, «a la hora de dormir te dan las doce porque no se cansa», nos dice su madre María Eugenia.

No sabemos cuánto durará esta medida, si los parques y jardines pasarán de nuevo a ser considerados como inseguros, o cuánto aguantará la ciudadanía frente a una toma de decisiones tan cambiante. Lo que sí sabemos, es que por parte de la comunidad científica existe unanimidad respecto a la mayor seguridad de los espacios abiertos de cara al contagio.

Uno de los últimos estudios sobre la materia (‘Reducing chances of covid-19 infection by a cough cloud in a closed space’), publicado el pasado 20 de octubre en la revista Physics of Fluids, ratifica el consenso internacional sobre que existe mayor probabilidad de contagio en espacios cerrados y con mala ventilación, y destacando la importancia de mantener la distancia de seguridad y utilizar la mascarilla para frenar el contagio.