El primer tramo de variante Oeste, los casi 6 kilómetros en los que está el puente de Abbás Ibn Firnás, cumplirá en enero del año que viene diez años y aún no tiene continuidad hacia la carretera de Palma, la que más necesita esta infraestructura. El tramo nacerá en la glorieta de la N-437. Desde allí, cruzará la línea ferroviaria Córdoba-Málaga y subirá hacia el Parque Joyero, pasando en paralelo al mismo. El trazado continuará atravesando más vías ferroviarias y terminará en la glorieta de la carretera de Palma, a la altura del barrio de Las Palmeras.

El proyecto del tramo que falta no tiene su origen en el 2006, fecha en la que el Gobierno y Junta firmaron el protocolo que exige un convenio posterior, sino que es mucho más antiguo y deriva de los noventa. El último paso que dio fue en el 2008, año en el que salieron a exposición pública las expropiaciones necesarias. Y ahí se quedó administrativamente, aunque, eso sí, desde el 2015 aparece en los presupuestos generales del Estado, lo que demuestra que la idea es retomar el proyecto. Sin embargo, al margen de que el dinero plasmado en las cuentas no se ha llegado a gastar, las cantidades fueron menguando. Hay que tener en cuenta que desde la última legislatura de Mariano Rajoy (PP) no se han aprobado presupuestos nuevos y que los últimos son del 2018.

Con el paso del tiempo, su coste se ha encarecido y el último dato disponible, el recogido en los presupuestos estatales, lo eleva a 44 millones de euros, el doble, cantidad que probablemente no será la definitiva.

En una reciente respuesta dada al diputado del PP Andrés Lorite por el Gobierno, este indica que, además del convenio necesario, el proyecto del tramo que falta debe ser «actualizado a la normativa vigente» y para ello es necesario licitar antes un contrato de servicios que permita la redacción del mismo.