Suena el teléfono y la persona que está al otro lado se presenta: es un rastreador de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica del Ejército de Tierra, que contactará con usted si ha sido contagiado por coronavirus o si ha estado en contacto con un caso positivo, para informarle de las recomendaciones a seguir, entre las que se encuentra la de comunicarse con Salud, que será quien indique si es necesario realizar una PCR. En líneas generales, así resume el cabo mayor Antonio Jesús Pérez Cosano la labor que desde el lunes pasado realizan 60 efectivos de la Brigada Guzmán El Bueno X, con base en Cerro Muriano, para colaborar con la Consejería de Salud y Familias en el freno de la pandemia de covid-19, un trabajo que se enmarca en la operación Baluarte.

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Antonio Jesús detalla que su trabajo consiste en «la detección precoz de los contagios y sus posibles contactos estrechos», y recuerda que «siempre guardamos la confidencialidad que requiere la ley». Este personal telefonea a andaluces que han dado positivo, después de que hayan sido dados de alta en una base de datos de la consejería, se preocupa por su estado de salud «y le solicitamos que nos informen de con quién han estado en contacto en un periodo de tiempo determinado, para poder avisarle de que han estado con una persona positiva», detalla. Consultado por la respuesta que obtiene, asegura que a los ciudadanos «no les choca, al contrario, he encontrado mucha colaboración y comprensión».

Para poder desarrollar este trabajo, la base de Cerro Muriano cuenta con un call center que funciona de lunes a domingo. En él trabajan los militares que rastrean posibles contagios en toda la comunidad autónoma y aquellos que los buscan en el ámbito de Defensa, una tarea esta última que comenzó dentro de la operación Balmis, impulsada en marzo coincidiendo con el inicio del estado de alarma.

De este modo, desde la brigada precisan que «no partimos de cero» en el rastreo, aunque aquellos efectivos que trabajan con la población civil han recibido formación específica, avalada por el centro internacional John Hopkins.

También explican que el cuartel general de Fuerza Terrestre, con sede en Sevilla, lidera la operación Baluarte en Andalucía, donde se ha previsto la activación de 12 secciones de vigilancia epidemiológica, de las que cinco pertenecen al Ejército de Tierra. Así, subrayan que las dos secciones con las que cuenta la Brigada Guzmán el Bueno X son la punta de lanza de esta operación en la región. Estas secciones cordobesas cuentan con el asesoramiento de enfermeros del Cuerpo Militar de Sanidad.

Pérez Cosano admite que se trata de «una labor compleja, porque la persona contagiada que tiene síntomas se encuentra mal, hay casos en los que estás hablando con ella y la notas mal. Y las personas asintomáticas, que también damos con muchas, tienen más una carga psicológica, porque no saben si van a desarrollar síntomas. Pero la mayoría de los que estamos aquí hemos tenido algún caso conocido, lo que te hace llegar más cerca».

De su parte, preguntada por su experiencia, la soldado Cristina Gómez Montilla comenta que «cuando es una persona joven, suele recordar con quién ha estado. A lo mejor hay personas un poco mayores que tienen que hacer memoria. Otros ya están informados de que había un caso positivo y se han confinado antes de tener contacto con nadie». Estos efectivos aconsejan a los contactos estrechos que realicen cuarentena y Cristina señala que, «por lo general, la gente colabora. También se da el caso de alguna persona que lo entiende, pero sus posibilidades quizá están más limitadas».

Para la soldado Ana María Arroyo García, «es una motivación muy grande poder ayudar de nuevo a los ciudadanos y estar otra vez en contacto con ellos, sobre todo, en estos momentos tan difíciles. Siempre intentamos ayudarlos poniéndonos en la piel de esa persona», subraya.

Por último, el soldado Antonio Lino González recuerda que «ya en la operación Balmis estuvimos colaborando y queremos seguir en la misma línea, dando seguridad al ciudadano y luchando por su salud».