La finalización de la obra de la biblioteca de los Jardines de la Agricultura experimentará algo de retraso en relación a la fecha prevista. Según fuentes de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos del Ministerio de Cultura, la obra ha sufrido cierto retraso como consecuencia de la pandemia provocada por el coronavirus y las previsiones son que quede terminada a principios del 2021.

Hay que recordar que los trabajos de construcción fueron reanudados en abril del 2019 por Tragsa después de una paralización de dos años y medio y de la resolución del contrato con la primera adjudicataria, Banasa. El plazo de ejecución de lo que quedaba de obra era de dieciocho meses, por lo que los trabajos debían estar culminados en octubre de este año, pero el parón de dos semanas de la construcción por el estado de alarma, el covid-19 y el suministro de los materiales necesarios han repercutido en el retraso. Cuando esté ejecutada, quedará dotarla de mobiliario y material para que pueda abrir sus puertas. La idea de Cultura en esta nueva etapa era que abriera en el 2021, aunque todo dependerá de lo que se demore la conclusión.

Según un balance realizado por el Ministerio de Cultura, el grado de ejecución de la biblioteca en septiembre era del 41% en cuanto a certificaciones de obra emitidas desde que se hizo cargo Tragsa. Esto significa que de la totalidad del presupuesto de ejecución de esta fase, que asciende a 9,7 millones, se han presentado certificaciones por un importe de 3,9 millones. Estas fuentes señalan que en estos momentos la obra se ejecuta con normalidad.

Antes del estado de alarma

A primeros de marzo, unos días antes de que el Gobierno decretase el estado de alarma, en otro balance ofrecido por Cultura, el nivel de ejecución de los trabajos realizados desde que se reanudó la obra era del 25%, ya que en aquel momento se habían emitido certificaciones por valor de 2,4 millones. Desde marzo y hasta ahora se ha ejecutado un 16% más. En marzo pasado el grado de ejecución total de la biblioteca, teniendo en cuenta lo llevado a cabo antes de la paralización de la obra en octubre del 2016, era del 80%. Ya entonces Cultura advertía de que en el plazo de terminación influiría el suministro de material.

En los últimos meses ha habido cerca de media docena de concursos para proporcionar el material que aún falta relacionado con la biblioteca, todos ellos, con los contratos formalizados, y la mayoría, en agosto. Este verano se ha adjudicado el suministro de aparatos de iluminación (luminarias, lámparas y accesorios) y de materiales para la formación de parasoles de aluminio fundido horizontal y vertical, para la ejecución de los falsos techos, para las puertas y mamparas cortafuegos y para la ejecución de los pavimentos continuos. Todos los contratos, excepto dos, cuentan con plazos de ejecución de medio año desde la firma, lo que llevaría la conclusión a febrero si se agotan esos periodos. Hay dos, el de aparatos de iluminación y el de los parasoles, que necesitan más tiempo, un año.

Seis años

La obra de la biblioteca está resultando más complicada de lo que se esperaba cuando se planificó hace casi dos décadas, cuando al frente del ministerio de Cultura estaba la cordobesa Carmen Calvo, hoy vicepresidenta primera del Gobierno.

Tras elegir la ubicación que se estimó más adecuada, las catas arqueológicas se realizaron en el 2008; el proyecto, de Paredes Pedrosa, quedó redactado en el 2009; y la licencia llegó en el 2010, pero, a pesar de todos esos pasos, las obras no salieron a concurso hasta el 2014, año en el que se iniciaron y desde el que han pasado ya seis ejercicios. Aunque tenía que haber sido una realidad en el 2018, todo se complicó con varias modificaciones del proyecto, unas por la aparición de importantes restos arqueológicos (sobre todo, el muro califal que ha quedado integrado) y otras (la que ha tenido la obra parada dos años y medio), por mejoras en la eficiencia energética.

Lo que quedaba de obra cuando quedó parada en octubre del 2016, la mitad, fue adjudicado a Tragsa por 9,7 millones. En total, la biblioteca costará 6 millones más de lo previsto en el 2014.