Por la actividad que despliega y el amor que profesa a su trabajo, nadie diría que la teniente de alcalde de Transformación Digital, Lourdes Morales (Córdoba, 1974), lleva combatiendo dos años un cáncer. Tampoco podría decirse al ver su sonrisa, que no se ha apagado ni en los momentos más duros. Hoy, coincidiendo con el Día del linfoma, quiere compartir su experiencia y crear un grupo que sensibilice, visibilice y ayude a personas en su misma situación.

-¿Por qué quiere dar a conocer su enfermedad?

-Lo que quiero es ayudar como paciente y, en vez de esconderlo, sacarlo para que la gente vea que se puede tirar para adelante. Me gustaría que las personas que se diagnostiquen de linfoma no piensen que ya acaba su vida ni que el cáncer es sinónimo de muerte. Creo que mi vida es mucho más activa que la de muchas personas sin linfoma. Esta enfermedad es muy poco visible y no estamos sensibilizados con él, pero cada día hay más diagnosticados. Quiero contar mi historia porque necesito ayudar a las personas que están en mi situación, sensibilizar y visibilizar. Mientras más unidos estemos mejor para ayudarnos, para los sanitarios y para los investigadores.

-¿Cuándo supo que lo tenía?

-A mí me diagnosticaron en noviembre del 2018. Hay dos momentos duros: cuando te lo dicen y te cuesta trabajo hasta asumir la palabra cáncer. Aunque el mío es muy lento, poco agresivo, es difícil entender que vas a estar toda la vida con él. Esa incertidumbre es complicado gestionarla. Y la segunda parte complicada es cuando te dicen que hay que tratarlo con inmunoquimioterapia

-Supongo que también es difícil decírselo a la familia.

-Cuando me diagnosticaron me hija solo me preguntaba: «Dime solo: ¿Es o no es? ¿Es o no es?» Sé que para ellos está siendo duro, pero como ven que mi vida no ha cambiado y que su madre sigue estando ahí para todo...

-¿En qué pensó cuando se lo dijeron?

-En la muerte, pero el cáncer no es siempre sinónimo de muerte. Al igual que pasa con los tratamientos, que inmediatamente piensas en que te vas a quedar sin pelo y no siempre es así.

-Usted ha mantenido su actividad en el Ayuntamiento de Córdoba, ¿cómo lo ha hecho?

-Ha sido duro, pero he seguido trabajando con el apoyo fantástico de mi equipo. No he faltado a un solo pleno. Cuando el alcalde me propuso entrar en las listas, él ya sabía que tenía esta enfermedad. Me ha respetado siempre y me decía que era yo quien tenía que marcar los tiempos. Cuando lo comuniqué al resto de la Corporación fue cuando tuve que empezar a tratarme, pero he seguido trabajando. Estoy segura de que si me ve alguien que acaba de ser diagnosticado, ve que mi aspecto es el mismo, que he podido trabajar y que estoy diciendo que el cáncer no es sinónimo de muerte, eso es un chute de energía que es lo que quiero transmitir.

-¿Eso es lo que encontró en el testimonio de la vicepresidenta de Facebook?

-Cuando a mi me diagnosticaron hice lo que todo el mundo: mirar en internet. Buscaba experiencias y encontré a Nicola Mendelsohn. Ahora quisiera transmitir lo mismo si alguien me lee a mi. Veía que ella asistía a actos y que estaba en quimioterapia, y pensé: si ella puede hacerlo, yo también. Ha sido duro, pero lo hecho.

-¿En qué momento está de su enfermedad?

-Ahora estoy limpia, pero con un tratamiento de inmunoterapia cada tres meses. Solo tengo que tener cuidado con el covid, porque mis defensas son más bajitas.

-¿Ha tenido que cambiar sus hábitos desde el diagnóstico?

-He cambiado la alimentación. He quitado el azúcar refinada, fritos, productos prefabricados y como muy sano, con mucha fruta, verdura, cereales tipo espelta y mucho jengibre. Intento dormir mis horas, voy a entrenar tres veces en semana e intento andar todo lo que puedo. Aunque el estrés y el miedo son difíciles de gestionar, he adquirido estos hábitos que me ayudan.

-¿Cómo descubrió que padecía un linfoma? ¿Sentía algo?

-Nada. Me encontraba bien. Un día me noté un bulto en la garganta y fui al médico, que no le dio importancia. Pero como pasaron 20 días y el bulto seguía volví. Me hicieron una analítica, pero hasta que no me hicieron un tac no vieron que los bultos estaban por todo el cuerpo.

-¿Qué planes tiene ahora?

-Voy a empezar una campaña de sensibilización y visibilización. Cuando me diagnosticaron me metí en un grupo de Facebook que hay a nivel mundial, que a mí es lo que más me ha ayudado. Pero como es quizá poco accesible al ser en inglés, mi idea es hacer lo mismo en España. He creado un grupo que se llama Desafiando al linfoma folicular, de la mano de Manu Torres, un sevillano que lleva diez años luchando con esta enfermedad. Quiero dar una visión de la enfermedad a nivel paciente, porque podemos ayudar de otra manera. El problema de mi linfoma es que tienes recaídas y mientras más tengas, el cuerpo más machacado está. Mientras más visibles estemos más podremos ayudar en investigación, recoger fondos y proponer a institutos como el Imibic que investiguen este tipo de linfoma.

-¿Le han tratado de forma distinta por su enfermedad?

-No, ese era mi miedo. La respuesta de la gente ha sido fantástica.