Más de 50 sociedades científicas que representan a unos 150.000 profesionales sanitarios de España han promovido el primer Congreso Nacional Covid-19, que comienza hoy y que va a ser el mayor de estas características que hasta el momento se va a desarrollar por vía telemática en el país. El presidente del comité organizador del congreso es Antonio Rivero, jefe de sección del servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Reina Sofía profesor titular en la Facultad de Medicina de Córdoba, investigador del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic) y vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. Además de por su papel en la organización, la sanidad e investigación cordobesa también van a destacar en esta cita científica, ya que entre las ponencias que se presentarán se expondrán los avances en investigación y asistencia logrados por profesionales del hospital Reina Sofía, otros hospitales de la provincia y del Imibic. El congreso abordará temas como la respuesta inmunitaria frente a SARS-CoV2, la investigación clínica en tiempos de crisis sanitaria, el papel de la atención primaria y de Urgencias, entre otros muchos aspectos.

¿Cómo surge la organización de este congreso?

La pandemia del covid ha causado un enorme sufrimiento, pero a la vez nos ha dejado una enseñanza muy importante, que es necesaria la coordinación entre autoridades e instituciones para dar una respuesta eficaz frente a la pandemia. También ha resaltado el trabajo colaborativo entre profesionales sanitarios e investigadores, así como que es imprescindible la responsabilidad colectiva e individual para afrontar esta situación dramática sanitaria, económica y social. Asumiendo estas premisas, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica vio necesario impulsar el congreso, que ha tenido una aceptación muy buena por parte de otras sociedades médicas y sanitarias.

¿Qué profesionales van a participar en el congreso?

El acceso a los contenidos del congreso es gratuito y la inscripción simplemente se ha pedido para conocer la participación, que ya supera los 20.000 inscritos, aunque esperamos un mayor número de seguidores, pues tenemos la certeza de que el congreso va a ser seguido en España y Latinoamérica. Los participantes pertenecen a muchas categorías que tienen relación con la asistencia o investigación en torno al coronavirus, de muchas especialidades médicas, y también del ámbito de la enfermería, farmacéuticos, veterinarios, entre otros.

¿Qué hemos aprendido en seis meses de pandemia y qué queda por conseguir aún?

Hemos aprendido que, incluso viviendo en la situación de privilegio de formar parte del mundo desarrollado occidental, somos frágiles a cosas que parecían lejanas como una pandemia, con una mortalidad como la asociada a la actual. Y por eso, necesitamos protegernos. Por otro lado, hemos aprendido que para afrontar una pandemia como la actual toda la población es imprescindible, que no debe haber luchas partidistas que puedan dificultar la adopción de medidas.

¿Qué temas fundamentales se abordarán en el congreso?

En el acto inaugural vamos a tener a la directora general de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, ya que la OMS está asumiendo un papel fundamental en esta crisis. El segundo ponente es el jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Ramón y Cajal, Santiago Moreno, que expondrá su trabajo e investigación con pacientes covid, así como su experiencia como paciente afectado por el coronavirus, que le obligó a estar ingresado en una UCI. Todas las conferencias son de gran interés y se pueden seguir en congresocovid19.es. Va a haber más de 20 mesas redondas y otras 20 presentaciones de comunicaciones, coordinadas con las mesas redondas.

¿En esta reunión científica se expondrán investigaciones impulsadas desde Córdoba?

Como ya he citado antes, va a haber mucha participación de múltiples lugares. Profesionales de Córdoba han participado activamente en la investigación y atención de pacientes con coronavirus y siguen haciéndolo, labor encuadrada principalmente en estudios multicéntricos. Es digno de resaltar que, durante la pandemia, la cifra de estudios multicéntricos que se han iniciado en toda España no tiene comparación con ninguna otra época de la medicina. Y lógicamente Córdoba (no voy a citar nombres porque todos sus protagonistas son importantes) está teniendo un papel destacado en el desarrollo de ensayos clínicos liderados por profesionales que trabajan aquí. Están también participando en estudios que han derivado en publicaciones de alto nivel y en investigaciones para conocer pautas que ayuden a prevenir la infección del covid, como un estudio nacional para mejorar el pronóstico del covid en función del análisis de las autopsias de pacientes fallecidos por coronavirus en España. A nivel nacional, Córdoba está dando la talla en investigación y asistencia del covid.

¿Cómo ha sido enfrentarse a una pandemia que causó cientos de contagios entre profesionales sanitarios en Córdoba, sobre todo durante la primera oleada? ¿Es la peor situación a la que se ha enfrentado en su trayectoria?

Creo que muchos lo hemos vivido como un shock, que ha influido en todos los ámbitos del trabajo. Lo peor que le puede pasar a un profesional sanitario es temer poder contagiar a un paciente, que es a la persona que quiere ayudar. Ha sido una situación única la que hemos pasado y que sigue existiendo. Una situación que, si no ha sido la peor, pues ha sido de las más duras, aunque no me puedo olvidar de los años terribles de la epidemia del sida a finales de los 80 y primeros de los 90 y otros brotes muy graves de tuberculosis que hubo. Pero ninguna de estas etapas se puede comparar con el número de afectados de la pandemia del coronavirus.

¿Se subestimó en sus inicios la pandemia?

Probablemente la subestimamos todos. Cuando escuchábamos la noticia de China a finales del año pasado, siendo sinceros muy pocos de nosotros pensábamos que la situación iba a llegar a donde lo ha hecho hasta el momento. Ahora hubiéramos actuado de otro modo. Es necesario por ello aprender lo que hemos realizado, no con afán de culpabilizar, sino de aprender estrategias para afrontar otra epidemia.

¿En esta segunda oleada de la pandemia el virus que está circulando se ha debilitado o es tan agresivo como en marzo o abril?

No está demostrado en absoluto que ahora el virus sea más leve. El coronavirus sigue matando y haciendo enfermar a personas jóvenes. Sin embargo, en esta fase está teniendo una menor mortalidad porque durante su transmisión no está afectando tanto a personas más vulnerables, sino que está infectando de forma mayoritaria a personas más jóvenes. Pero estos jóvenes también pueden fallecer por covid, luchar por su vida en una UCI, aunque a este sector de población se le asocie una menor mortalidad. Se ha reducido la mortalidad a su vez porque en los últimos seis meses de pandemia hemos logrado herramientas para atender mejor a los pacientes y contamos con ensayos clínicos y tratamientos más adecuados que pueden reducir los estragos de la enfermedad.

¿Se puede evitar la transmisión comunitaria en Córdoba?

La prevención es lo más importante. El confinamiento demostró una gran eficacia para el control de la epidemia. Pero también demostró que existe riesgo de rebrote, por eso tenemos que articular medidas que permitan protegernos del virus sin la necesidad del confinamiento. El confinamiento no solo tiene consecuencias positivas, sino también efectos negativos desde el punto de vista económico y social. Por eso, se deben establecer medidas de prevención que eviten el confinamiento, salvo que no quede más remedio, y que permitan que pueda seguir funcionando la sociedad. Por eso, mencionaba antes, todos somos imprescindibles en la lucha contra el virus. En relación con los mecanismos de prevención, la población debe entender que quien hace las cosas mal actúa de forma equivocada, tenga la edad que tenga. Todos tenemos que hacer uso de las mascarillas, de la distancia de seguridad y de la higiene de manos para poder estar libres de la enfermedad y es la forma que nos permitirá haber tratado de evitar la transmisión del virus y de no perjudicar a personas vulnerables. No es asumible y no tiene justificación que no se utilicen los elementos de protección que existen. Es una irresponsabilidad que puede costarle la vida a otras personas. No lo debemos justificar, ni a nivel de medios de comunicación ni de redes sociales.

¿El parón que ha sufrido esta semana la vacuna de Astra Zéneca contra el covid, por el efecto negativo en un paciente voluntario con el que se ha probado, entra dentro de la normalidad, teniendo en cuenta que cada vacuna conlleva años de investigación y esta solo lleva meses de estudio?

A este paciente lo que se le ha diagnosticado es una enfermedad que se conoce como mielitis transversa. Cuando pasa esto en un ensayo clínico hay que pararse para comprobar si el origen de esa enfermedad es fruto de la vacuna o no. Mientras tanto no se recluta a más pacientes. Si no tiene relación con la vacuna, se podría continuar, pero si lo tiene sería un efecto adverso grave que haría que la vacuna se detuviera. En lo que se refiere a esta vacuna, ha habido un único caso de mielitis transversa, que no tiene causa conocida y se asocia a muchos factores. Además, es una enfermedad que afecta a la población general y esto no quiere decir que la vacuna cause esta mielitis adversa. Pero hay que parar el ensayo hasta que se sepa. Por eso, los ensayos clínicos cuentan con un comité de seguridad, formado por personas ajenas al estudio y encargadas de velar por su correcto desarrollo.

¿Qué destacaría de su papel como médico e investigador frente al covid en estos meses?

En el aspecto asistencial, mi servicio de Infecciosos se integró en el equipo para la estrategia del cocovid del Reina Sofía, fundamentalmente con Medicina Interna, UCI y Neumología. Ha sido una labor de equipo, coordinada estimo de una forma modélica por Medicina Interna, con su jefe, el doctor José López Miranda, y por la dirección del hospital. Como investigador, estoy implicado como miembro del comité de seguridad en un ensayo clínico que evalúa cuatro pautas de prevención del covid-19 en personal sanitario. Además, soy el coordinador de un estudio nacional de evaluación de las alteraciones ultraestructurales y virológicas de pacientes fallecidos por covid, junto al equipo del Servicio de Anatomía Patológica del hospital Reina Sofía , que dirige Rosa Ortega, y en colaboración con otros diez hospitales españoles.

¿El coronavirus ha obligado a aparcar la investigación de otras patologías graves?

Algunos estudios han sufrido alguna parada, aunque poco a poco se va normalizando la situación y se está continuando con la investigación no solo en covid, sino en otras áreas. Hay que compatibilizar la pandemia con la investigación y con la vida.