Empresas cordobesas de la hostelería, el comercio (sobre todo cuando concluya el periodo de rebajas) y el transporte de viajeros están barajando ya la posibilidad de declarar un segundo ERTE, que los sindicatos han convenido en llamar ERTE rebrote, toda vez que el futuro no termina de despejarse. La secretaria provincial de CCOO, Marina Borrego, confirma que «los empresarios cordobeses están viendo que baja bastante la actividad en las empresas y están solicitando otras vez el ERTE completo». En líneas generales, la representante sindical valora en positivo esta medida de suspensión temporal que debe negociarse con los sindicatos, ya que ha servido para mantener el empleo, pero ve con preocupación que «se está mermando la capacidad de las empresas» en la provincia.

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Desde UGT también atribuyen a «la incertidumbre, la caída de la facturación y la poca actividad turística» que se quiera acudir a un segundo ERTE en los sectores citados (hostelería, comercio y transporte), si bien, señalan, en la industria y la construcción las empresas se acogieron sobre todo a ERTE por causas objetivas, por lo que «no existe una supeditación tan estricta a los tiempos marcados por el Gobierno y no se necesita un segundo expediente, sino que se sigue trabajando sobre el mismo», señala Antonio Lopera, responsable de Acción Sindical de la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT. «Hay trabajadores que están pasan de suspensión a reducción de jornada, otros que recuperan la jornada completa, o al revés», añade.

Los sectores más afectados

La crisis del coronavirus ha impactado de lleno en algunos sectores vitales para la economía local. A falta de datos provinciales --CCOO ha hecho público un informe nacional que habla de 700.000 trabajadores menos en la hostelería y 423.617 que siguen en ERTE--, hay impresiones. Y no son del todo buenas. «Se han precarizado aún más los empleos ya precarios. El comercio y la hostelería han sido los más afectados y donde más abusos se han cometido contra los trabajadores durante la pandemia», indica Borrego. «Un camarero puede llegar a cobrar 1.500 euros trabajando de 12 a 14 horas, pero al estar contratado solo unas horas, cuando el bar ha entrado en ERTE, esas personas han visto muy mermados sus ingresos». Marina Borrego destaca el caso de las empleadas de hogar, en su mayoría no contratadas, que se quedaron sin nada de un día para otro. «En la anterior crisis, la economía sumergida siguió funcionando, pero en la pandemia, no. Algunas personas se han convertido en pobres de solemnidad, con auténticas necesidades».

Juan Martínez, secretario general de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT, coincide en que los sectores más perjudicados han sido los vinculados al turismo, la hostelería, los alojamientos y el comercio. «En estos colectivos los efectos han sido devastadores y está costando mucho remontar en términos económicos y de empleo, con una salida muy lenta de los ERTE». Otro de los grandes afectados ha sido el sector transporte, de carretera, turístico o escolar, que vive en total incertidumbre al no haberse renovado los convenios con la Junta. También supeditados a la vuelta al cole están los trabajadores de los comedores escolares y los cátering.

Lopera advierte de que hay sectores en la industria que también han visto frenada su actividad: «La joyería, la automación y los trabajadores del montaje de ferias han visto paralizada, incluso suspendida, su actividad. Para paliarlo se solicitaron ERTE por fuerza mayor y las consecuencias posteriores en el empleo pueden ser negativas».

No obstante, desde UGT observan que, aunque la industria se ha visto afectada, al tratarse de empleos estables y cualificados, «las empresas no quieren desprenderse de sus trabajadores y van funcionando con ERTE por causas objetivas que permite más flexibilidad para incluir o sacar trabajadores en función de la producción». De hecho, la mayoría aún sigue funcionando así y la gran parte de estos expedientes están negociados hasta diciembre, dicen desde UGT.

Algo similar ha ocurrido en la construcción, que, exceptuando los días en que paró, ha recuperado su funcionamiento. Por su parte, el sector agroalimentario es el que menos se ha visto perjudicado. De hecho, empresas como Covap, apunta UGT, han tenido que negociar un quinto turno de relevo.