Se ha cumplido ya una semana de la desaparición de José Morilla Aguilar, el hombre de 85 años al que su familia vio por última vez el 21 de agosto.

Desde entonces la búsqueda ha sido intensa. Policía Nacional dirige la investigación de un caso en el que a lo largo de estos días han participado Guardia Civil, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), el Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), el Servicio de Extinción de Incendios de Incendios y Salvamento de Córdoba (SEIS), el Consorcio Provincial de Bomberos o Policía Local.

Unos y otros han recorrido la zona urbana de la ciudad y rastreado parte de la Sierra de Córdoba, el cauce del río Guadalquivir y su entorno o el Canal del Guadalmellato, pero hasta la fecha no ha sido posible dar con una pista que les acerque a José.

«El tiempo nunca corre a favor, y más si son personas vulnerables», como es el caso de José Morilla, de avanzada edad. Así lo explica el presidente de la Asociación Sosdesaparecidos, Joaquín Amills. «Desde el inicio las primeras horas son las más importantes y a medida que pasa el tiempo lo que hay que hacer es revisar lo que ya se ha revisado y seguir buscando por todos los medios».

Desde un primer momento Sosdesaparecidos ha prestado su apoyo y colaboración para encontrar a José y «la segunda noche pusimos a disposición la unidad canina de Montilla», una de las 28 unidades de España con las que tienen convenio, aunque el problema es que «habían pasado ya 24 horas» y que las altas temperaturas dificultan el trabajo. Sabe que en ese rastreo «los perros encontraron rastros» y siguieron uno de ellos «hasta un sitio donde se perdió».

Junto a ello la asociación recomienda a la familia del hombre desaparecido «que sigan buscando» y que tengan en cuentas sitios cerrados, como garajes, donde «una persona haya podido refugiarse».

No obstante Amills matiza que encontrar a una persona desaparecida no depende de la familia sino de varios factores, como la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, «y me consta que Policía Nacional de Córdoba, está muy involucrada», o la presencia de unidades externas, como Protección Civil, también presente en Córdoba. En cualquier caso considera que «lo importante es no dejar de buscar», porque «no existe otra forma».

Aunque «se está trabajando mucho mejor que hace pocos años» en la búsqueda de desaparecidos en España cree que es necesario «perfeccionar más y que podamos ser más rápidos y poner más medios», ya que «a veces las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no tienen los suficientes medios internos como drones o unidades K9 (caninas) para actuar en los primeros momentos». Por ello, «tal y como marca el protocolo del Ministerio de Interior, es cuestión de aportar las unidades externas que sean de confianza, que sean profesionales y serios, que estén homologados dentro del Centro Nacional de Desaparecidos, al menos, y actuar lo más rápidamente posible».

Joaquín Amills detalla que existen diferencias en las búsquedas de desaparecidos que atienden, por ejemplo, a cuestiones como los años de esa persona. Cuando el desaparecido es alguien de cierta edad «hay que pensar el tiempo que ha podido estar andando, dónde fue el último punto en el que se le vio, qué recorrido ha podido hacer», pero todo eso «se complica según sea la zona, el casco urbano» o «la movilidad» de la persona desaparecida.

En cualquier caso,el presidente de la Asociación Sosdeaparecidos subraya que aunque la desaparición de José es un caso «que se está complicando», es importante «no arrojar la toalla» y «pensar en encontrarlo», así como en «qué es lo que pudo hacer este hombre, por qué camino pudo seguir, si pudo coger un medio de transporte». Y aconseja tener presentes en la búsqueda las cámaras de seguridad.

La familia

Por su parte la familia ha organizado numerosas batidas por la ciudad para localizar a José Morilla. En ellas han participado a lo largo de toda la semana amigos y voluntarios que literalmente han peinado la ciudad, barrio a barrio.

Además han puesto en marcha una web buscamorilla.com, para solicitar la colaboración de los vecinos de Córdoba y facilitar así la búsqueda de José.

María Morilla, su nieta, es una de las más activas. Dice que reconforta el apoyo que han recibido y el esfuerzo que han hecho quienes se han sumado a las patrullas de búsqueda, porque a pesar del calor y las horas que han dedicado «la gente no se cansa de ayudar» e «incluso nos demandan seguir buscando».

José Morilla ejerció como profesor en Montalbán. Tras la jubilación se trasladó a Córdoba junto con su mujer y se fue a vivir cerca de Colón. Cuando desapareció vestía un pantalón largo blanco y una camisa de manga corta a cuadros.