Los locales de ocio infantil no reanudan su actividad desde hace 6 meses. Y eso que estaban en auge. Son ludotecas, parques de bolas y locales que conforman un colectivo de más de 40 negocios en Córdoba y que han experimentado una situación anómala: ser los únicos profesionales a los que se les ha negado la reincorporación en la nueva normalidad. La orden del 19 de junio de 2020, donde se adoptaban medidas preventivas en materia de salud pública para Andalucía, establecía en su punto 16 que los establecimientos recreativos infantiles destinados a un público de edad igual o inferior a 12 años «permanecerán cerrados». Y así, hasta hoy.

El presidente de la Asociación de Centros de Ocio Andalucía (ACOA), Antonio Mateo, señala que, como la canción de Los Yonic’s, el sector está «herido de muerte. Muy, muy, muy perjudicado. Hablamos de un sector que no tiene grandes inversiones, movido por pequeños autónomos y pymes. Ningún negocio aguanta 6 meses cerrado, y todavía no tenemos vista de apertura».

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A nivel andaluz son unas 10.000 familias las que se dedican al ocio infantil y están viviendo de los ahorros con la angustia que supone quedarse sin liquidez, manteniendo los gastos habituales de cualquier autónomo y sumando los derivados de su propia actividad.

«Que tu estés administrado por la Junta de Andalucía y vivas este abandono es brutal. El otro día hablaba con una chica que me decía que vivía de su negocio, sin ser rica ni tener grandes lujos, y ahora está yendo a Cáritas a por comida, una persona que ha sido emprendedora con su negocio. Y nos dicen desde la Junta que no saben cómo ni cuándo podemos abrir», detalla Mateo, y añade que han mandado «un protocolo perfectamente hecho y Salud lo ha autorizado con una reducción en el aforo. Pero todavía la parte política o la parte técnica pasa de nosotros».

La propietaria de Más que Peques, Rocío Alonso, con menos de un año en este área, lamenta que son «un sector olvidado, estamos cayendo en la muerte del mismo. A día de hoy no tenemos noticias, incluso en el mismo Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) del 16 de agosto se seguían manteniendo estos locales cerrados». Alonso, al igual que el resto de sus compañeros, ha realizado un desembolso para adaptarse al protocolo que el covid-19 requiere. «Se han instalado alfombras en la puerta, limpieza exhaustiva de todas las zonas de juego, descanso y comida, se ha incluido hidrogel y papel de un solo uso para las manos. He instalado una máquina de ozono». Se siente decepcionada, pues considera que «con el tema de los niños se ha creado un tabú grandísimo, cuando los niños son incluso más responsables que los adultos».

Las ludotecas son otro servicio que se incluye en este grupo. Su misión va más allá: la conciliación familiar. La ludoteca El Búho, al frente de la cual está María Jesús Carrasco desde hace 20 años, que en circunstancias normales abre sus puertas a las 7 de la mañana, tampoco ha visto movimiento alguno desde hace semanas. Admite que no se puede «endeudar más». Sobre el futuro, Carrasco asegura que «si tenemos la capacidad de subsistir y sobrevivir, de aquí a 6 meses estamos funcionando como siempre. De ahí las ayudas tan importantes que nos tienen que llegar porque es de supervivencia».

María José García, de La Casa de Conchita. Foto: FRANCISCO GONZÁLEZ

Rocío Alonso, de Más que Peques. Foto: FRANCISCO GONZÁLEZ

Paqui Ruiz, dueña de la sala Happy Day, veterana del negocio, reconoce que protestan porque son «el único sector en España al que no se le ha permitido abrir. Todo el mundo está ejerciendo su derecho al trabajo menos nosotros y sin ninguna alternativa. Van a acabar con nosotros». Por su lado, desde La Casa de Conchita, una sala para celebrar todo tipo de eventos, María José García dice que están «viéndolas venir». «No entendemos que en el salón de un bar se pueda celebrar un cumpleaños y en un local como el nuestro, no», afirma.