Tanto el Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC) como la Federación Al-Zahara consideran fundamental que haya un plan de usos global para la zona del antiguo cuartel de Lepanto. El presidente del órgano de participación y miembro de Al-Zahara, Juan Andrés de Gracia, muestra «la preocupación vecinal» existente porque «se habla de Lepanto sin tener en cuenta el plan general», por lo que cree «urgente que haya una decisión por parte de Urbanismo o de la Alcaldía» porque la «última propuesta que había, que es del 2018, definía unos usos pero ahora parece que se habla de otros».

Hace un año este periódico adelantaba que más de la mitad de los antiguos terrenos del antiguo cuartel de Lepanto están infrautilizados treinta años después de su cesión por parte del Ministerio de Defensa al Ayuntamiento. El CMC ya reclamaba entonces una actualización del plan de usos de Lepanto, ya que este data del año 1997 y después, en el 2014 y el 2018, ha habido documentos de trabajo que no han llegado a aprobarse. En aquel momento el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Salvador Fuentes, anunció su intención de consensuar con los vecinos un plan de usos para una zona que los residentes en Levante llevan décadas esperando.

De Gracia recuerda que hay cuestiones pendientes en los 16.022 metros cuadrados que están en desuso, como la ubicación definitiva del centro de mayores, que hay que definir; el mercado de abastos, que Mercasa parece haber descartado; la farmacia militar, que forma parte, junto con Caballerizas y los pabellones, de la negociación con Defensa; o el aparcamiento que iba a realizarse. Según De Gracia, el Ayuntamiento ha incluido en sus presupuestos una partida para una casa de la solidaridad cuya ubicación entra en conflicto con la zona prevista para la ampliación de la biblioteca, que también hay que resolver. En el caso del centro de mayores, Prolibertas también se disputa parte del espacio. De Gracia asegura que «no se puede ir a inversiones provisionales que condicionen el futuro» y, aunque «hay sitio para todo», hay que «reordenar los espacios».