El sector de la joyería no atraviesa uno de sus mejores momentos. La crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus ha dejado a este sector, dedicado a la fabricación de artículos de lujo, en un segundo plano, entre otros motivos porque los clientes potenciales se centran en la adquisición de productos de primera necesidad.

Así lo reconoce el empresario y presidente del Parque Joyero de Córdoba, Rafael Ruiz, quien señala que la caída en ventas del sector ronda entre el 40 y 70% en Córdoba.

Para la joyería cordobesa, resalta, la situación «está siendo un drama». A ello se ha sumado que a lo largo de esta crisis el precio del oro ha experimentado una subida de casi el 10%, lo que ha encarecido la fabricación y adquisición de piezas y coloca a los empresarios en una situación más delicada.

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Ruiz explica que esto, a su vez, ha tenido consecuencias laborales ya que «no conozco a ninguna empresa del sector que tenga o que haya reincorporado al 100% de su plantilla».

Muy al contrario -destaca- «pocas van a quedarse» con los mismos trabajadores que tenían al principio de año y augura que muchos autónomos se darán de baja en la Seguridad Social, especialmente los que tienen talleres de joyería pequeños.

Por eso «lo que más me asusta en nuestro sector es la evolución del empleo», porque «al final de año, cuando hagamos la cuenta de nuestra plantilla» va a ser «un varapalo».

Así lo indican, para él, «las señales que manda el mercado». También el internacional, porque las empresas que se dedican a exportar ya no pueden acudir a las ferias profesionales dado que estos encuentros se han suspendido.

Por eso el presidente del Parque Joyero considera imprescindible que se lleven a cabo medidas que eviten el hundimiento de un sector «que da trabajo a muchísimas familias de Córdoba».

Entre medidas que propone Ruiz para paliar la crisis destaca la de «convertir a Córdoba en el gran refugio en el que fabricar joyería» del país, para así para atraer a las empresas nacionales que operan fuera de la provincia.

En este sentido subraya que Córdoba, además de contar con la tradición joyera, tiene mano de obra especializada y trabajadores que en un futuro estarán estar en paro «porque las empresas no vamos a poder acometer» la contratación de todos los que pierdan su empleo.

Por ello a su juicio Córdoba tiene el suficiente atractivo «como para pensar que todas estas empresas que están en el resto del territorio nacional se implantaran» en la ciudad.

Esa es, en su opinión «la gran apuesta como ciudad y el reto industrial que tendríamos que tomar», porque hasta que no lleguen la vacuna y los millones de visitantes que habitualmente visitan España «lo veo crudo» para todos los sectores.

Y es que considera que la actual crisis económica será peor que la de 2007 «si no se encuentra una solución rápida», porque hay «demasiados componentes» en ella, como el endeudamiento del país, «los síntomas de subidas de impuestos» para el sector o la subida del oro, «que viene para quedarse».