La Ermita de la Salud, ubicada en el cementerio de la Salud, se vio gravemente afectada por las lluvias torrenciales del pasado marteslluvias, cuando el agua entró en las dependencias de la misma desplazando el mobiliario, inundando sus diferentes salas y haciendo caer estanterías cargadas de libros.

El padre Hernán Suchite, superior de la congregación de los Misioneros de Betania que gestionan y residen en la ermita, asegura que el hecho de que se taparan "los dos desagües que hay frente a la ermita" provoca que la lluvia y la vegetación que esta arrastra proveniente del Parque Cruz Conde acabe entrando en este pequeño templo. El agua les llegaba hasta la cintura, como se puede constatar por las marcas dejadas por la misma en las paredes de la nave principal.

"Destruyó casi la mitad de la biblioteca, se ha visto dañado el pozo, dos dormitorios y la sala de estar; las camas han quedado hechas polvo, de la cocina se nos ha fastidiado el horno, la lavadora y el frigorífico que no sé si volverán a funcionar", relata.

El contacto con el obispado y el Cabildo de la Mezquita-Caterdal provocó una ola de solidaridad con la congregación que movilizó a jóvenes de la Asociación de Amigos de las Ermitas, a feligreses -"latinos y cordobeses"- de la propia Ermita de la Salud y a otras personas que decidieron ayudarle. "El primer día estuvieron unas 15 personas, y el segundo día los jóvenes utilizaron una bomba para sacar el agua de una bodega que había quedado "como una piscina. Aún así tuvieron que afanarse para sacar a cubetazos unos 20 centímetros de altura acumulada.

La solidaridad con esta congregación está permitiendo que los religiosos cuenten en breve con colchones, gracias a la ayuda de una hermandad.

La ermita de Nuestra Señora de la Salud se inició con la construcción de una pequeña capilla en 1665 que sería abierta al culto en 1673. Posteriormente, en 1805 se labró el edificio actual realizado por Ignacio Tomás. Interiormente está diseñada en torno a una nave de dos tramos cubiertos con bóveda de cañón rectangular. La fachada principal es un interesante ejemplo de arquitectura neoclásica constituida por dos partes de columnas adosadas que sustentan a manera de remate un frontón triangular; todo ello enmarca una hornacina con la Virgen con el Niño sobre la inscripción “Salus Informorun” (“Salud de los Enfermos"). De esta manera, el cementerio que insertó esta ermita en su conjunto recibió de ella la advocación de Nuestra Señora de la Salud, según informa Cecosam.