Dicen que el calor se olvida de un año para otro y que cada vez pensamos que las temperaturas que estamos soportando son las más altas que jamás hayamos vivido. Sin embargo, este verano atípico, en el que la mascarilla se ha sumado al sudor como elemento de suplicio estival, va camino de pasar a la historia. Y no porque se hayan registrado olas de calor con máximas escandalosas sino porque el calor lleva en valores extremos sostenidos desde que empezó el verano, el 23 de junio, que llegó de la mano de un aviso naranja por máximas de hasta 42 grados.

Desde entonces, sin alcanzar de momento ningún récord reseñable en términos absolutos, Córdoba se ha mantenido en una gran ola de calor sostenida en el tiempo que en el mes de julio se ha intensificado hasta rozar ya en la estación meteorológica del Aeropuerto la media de temperaturas máximas más alta de su historia. Mejor será no hablar de la sensación térmica. En el último tramo, desde el jueves pasado, las máximas registradas en el Aeropuerto de Córdoba han ido in crescendo. De 40,3º a 41,2º, 42,2º y 43,9º el domingo, para caer ligeramente este lunes a 39º y situarse este martes de nuevo en 40,8 grados.

Hasta ahora, según los datos de la Aemet, el mes de julio del 2015 había sido el de máximas más altas, con una media de 40,3 grados. En lo que va de julio, Córdoba ha registrado una media de las temperaturas máximas de 39,7º y solo ha estado libre de avisos naranjas o amarillos por calor durante cuatro días del mes. De hecho, fuentes de la Aemet han confirmado que "estamos por encima de lo normal" y que, "de hecho, la temperatura media puede acabar cerca de 3ºC por encima de los valores climatológicos".

De los 28 días de julio transcurridos, se superaron los 39º de máxima en 21 y 12 de esos días con valores por encima de los 40 grados. La máxima absoluta se alcanzó el domingo pasado, con 43,9º, un registro alto, pero alejado aún del récord de Córdoba capital, 46,9 grados el 13 de julio del 2017.

Las mínimas también contribuyeron a acrecentar la sensación constante de calor y las dificultades para dormir, que empiezan a aparecer a partir de los 22º. Desde el 12 de julio, solo tres días han registrado mínimas por debajo de esa cifra (entre 21,2 y 21,9º). El resto han superado ampliamente los 22 hasta alcanzar la noche más cálida del verano el 21 de julio, con 25,6 º.

Más calor para rematar julio y arrancar agosto

Si creyeron que al llegar agosto, el calor daría una tregua, se equivocaron. De momento, el arranque se prevé que será apoteósico. De aquí al sábado, la Agencia Estatal de Meteorología, que de momento mantiene la alerta naranja para los próximos dos días, prevé máximas de 41, 42 y 43 grados y mínimas de 23 y 24 para rematar el mes de julio.

A partir del 1 de agosto, los que vuelvan de vacaciones se espera que encontrarán como regalo de bienvenida una máxima de 44º, a partir de la cual bajará a 43 y 41 grados. Las mínimas alcanzarán el fin de semana de nuevo los 25º.