La directora de la Unidad de Medicina Intensiva y de la UCI del hospital Reina Sofía, Carmen de la Fuente, a su vez presidenta de la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Samiuc), después de haber pasado lo peor de la pandemia del coronavirus, se encuentra ya preparando la UCI de este centro para el posible repunte de casos graves de covid-19 que se pueda producir a partir del otoño y para seguir dando cabida a los pacientes críticos que necesitan también de la UCI por otros problemas de salud.

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-¿Qué balance realiza de lo que va de pandemia del coronavirus en Córdoba como jefa de la UCI del hospital Reina Sofía?

-La pandemia no nos ha azotado con la misma fuerza que en otras UCI. El balance global ha sido de mucho esfuerzo y mucha preparación. Hemos trabajado con medios suficientes y no hemos necesitado afortunadamente desplazar enfermos críticos a otras áreas. Hemos hecho un gran esfuerzo por mantener la asistencia de todo lo urgente. El capital humano ha sido lo más importante, con gran implicación de todos los profesionales.

-De marzo a ahora, la Consejería de Salud tiene registrado que hasta 76 pacientes con covid-19 han requerido en Córdoba ingresar en una UCI de hospitales de la la provincia. ¿Cuántos de estos pacientes han pasado por la UCI del hospital Reina Sofía?

-Durante la pandemia 42 pacientes con patología por SARS- Cov 2 confirmada han pasado por la UCI del Reina Sofía y algunos otros con sospecha. Estábamos preparados para admitir a bastantes más pacientes y el número ha sido inferior a lo esperado. El tratamiento coordinado con las unidades hospitalarias y seguimiento y detección precoz de pacientes graves ha ayudado mucho.

-En la UCI del Reina Sofía queda aún un paciente que, aunque ya está libre del covid-19, lleva allí mucho tiempo, concretamente cuatro meses. ¿Es normal que, debido no solo al coronavirus, sino a cualquier otra patología grave, un paciente pueda permanecer tanto tiempo en una UCI?

-Los pacientes con coronavirus presentan complicaciones de muy diversa índole. Son pacientes complejos y hay que atender a su rehabilitación física y mental y al fracaso de múltiples órganos y sistemas, con reinfecciones repetidas, fracaso renal y con necesidad de terapias avanzadas. Los especialistas en Medicina Intensiva nos dedicamos a ello, al tratamiento completo de toda esta situación crítica. Nos enfrentamos en muchas ocasiones a este tipo de complicaciones, con necesidad de estancias muy largas en UCI. En muchísimos casos, con tratamiento adecuado y mucho tesón por parte del equipo médico y de enfermería, se consiguen resultados muy satisfactorios, después de necesitar incluso meses de ingreso en UCI. Nosotros no tiramos la toalla. Es cierto que luego estos pacientes necesitan mucho tiempo de tratamiento y rehabilitación y tardan en reincorporarse a su vida normal.

-¿Qué tipo de profesionales son los que han venido trabajando en la UCI del Reina Sofía para afrontar el coronavirus? ¿Han soportado una carga difícil de olvidar?

-La plantilla habitual de médicos de UCI ha afrontado el tratamiento de esta patología, si bien se creó un grupo específico, con idea de no exponer a todos los profesionales y poder disponer de recambios, en caso de alguna baja. Igualmente, la enfermería de plantilla ha afrontado el reto, con refuerzos de otras unidades que tenían reducida su actividad en estos momentos. El personal de limpieza también se ha visto reforzado, dadas las características de esta patología. Hemos pasado por momentos duros, especialmente por incertidumbre y miedo, que poco a poco se han ido venciendo. Aun así, los profesionales tenían bastante asumido que formaba parte de su trabajo y que toda la vida nos hemos preparado para este tipo de situaciones, aunque nunca llegas a saber la reacción hasta el mismo momento. Se ha asumido el reto como propio y con gran responsabilidad.

-¿Ha habido un perfil más habitual de paciente con coronavirus que ha requerido ingreso en UCI? Del porcentaje total de pacientes que ingresaban en el hospital por esta infección, ¿cuántos aproximadamente eran derivados a la UCI?

-El perfil medio del paciente en general coincide con otras series. Es una persona de más de 60 años, con patología previa, fundamentalmente hipertensión. Pero, a pesar de que muchos eran mayores, no podemos olvidar que también hay un porcentaje importante de pacientes jóvenes, no siempre con comorbilidades. Es importante que esto se tenga en cuenta, nadie está exento. El porcentaje de ingreso en UCI ha sido muy variable, entre un 5% y un 20%. En Andalucía han ingresado alrededor de un 12% en nuestras unidades.

-¿Qué enseñanza ha dejado por ahora la pandemia y va a servir para afrontar el previsible repunte de casos más graves a partir del otoño, pues ahora mismo hay brotes, pero los mismos no están por ahora elevando la hospitalización?

-Hemos aprendido que hay que estar formados y preparados, disponer de un plan formativo y planear bien reformas estructurales y organizativas para dar respuesta. Tener un stock suficiente de material y equipamiento para proteger a nuestros profesionales y tener a punto el plan de contingencia hospitalario por fases.

-En una reciente entrevista publicada por este diario, la directora gerente del Reina Sofía, Valle García, apuntaba que se quieren llevar a cabo reformas dentro de la UCI, para sectorizar la unidad en tres áreas: de alta, media y baja contagiosidad. ¿Ha comenzado ya esta actuación?

-Estamos trabajando ya activamente en la organización y sectorización de la unidad, con idea de aislar a los pacientes de la mejor manera posible, tanto de patología covid como de otros patógenos multirresistentes, y pacientes inmunodeprimidos que ingresen en la unidad por otras causas, protegiendo así también a pacientes no infectados. Se incrementarán los boxes cerrados y con sistemas de presión negativa/positiva, según necesidad. La UCI se va a preparar entera para poder admitir pacientes infecciosos, las 42 camas que están construidas. El plan de ocupación se diseñará por fases, según las necesidades de las diferentes patologías.

-Al margen de las plazas que ya existen en la UCI, ¿hasta qué número se podría crecer si la demanda de esta asistencia concreta se incrementara?

-El plan de contingencia incluye la posibilidad de incrementar las camas hasta cerca de un centenar.

En los hospitales cordobeses, ¿cuántas plazas de UCI hay actualmente y hasta dónde se podría crecer en caso de expansión de la pandemia en los próximos meses? ¿Es un número suficiente de plazas el que hay de partida, ya que la Sociedad de Medicina Intensiva en España indica que hay un déficit medio de camas de UCI frente a otros países? ¿Y se cuenta con suficientes respiradores?

Es cierto que España tiene un número de camas de intensivos por debajo de la media europea y es un dato que como sociedad científica venimos reclamando, tanto a nivel nacional como autonómico. Estamos haciendo un estudio, en colaboración con la Consejería de Salud de Andalucía, para evaluar los déficits y plantear las necesidades, en función de cada provincia.

-¿Sabe si fue cierto que en Madrid se dejó morir a pacientes por saturación sanitaria o criterios de escasa posibilidad de sobrevivir?

-Creo que no es un tema para hablar alegremente y sin conocimiento de las situaciones. Nuestra sociedad científica trabaja en concreto con recomendaciones éticas muy precisas y meditadas. Los médicos estamos a diario decidiendo sobre el mejor tratamiento que podemos aportar a nuestros pacientes y qué tratamientos realmente les benefician. No hacemos una medicina basada en el carnet de identidad, sino en medicina basada en la evidencia, en la ética y los medios con los que contamos. La medicina intensiva debe ser una medicina ajustada, ética y proporcional.

-¿Actualmente la UCI del Reina Sofía es la UCI que existía antes del coronavirus?

-Si. Es una unidad que atiende todo tipo de patología grave, que trabaja a un ritmo muy rápido, que es referencia de muchos hospitales para patologías como el trasplante, la cirugía cardiovascular o los dispositivos de asistencia ventricular, así como patologías complejas o ictus. No hemos bajado la guardia, seguimos atendiendo todo, quizás ahora haciendo un sobreesfuerzo en patologías que no han venido durante la época covid.

-¿En la UCI se han afrontado días muy dolorosos al no poder despedirse algunas familias de sus seres queridos (cuando por los mismos no se pudo hacer más), teniendo en cuenta las limitaciones de tránsito por el hospital, pero a la vez jornadas de emoción por cada vida salvada, por los aplausos en cada extubación?

-El tema de las familias ha sido bastante duro y hemos intentado paliarlo de la mejor forma posible, teniendo en cuenta que no podíamos correr riesgos. Hemos hecho muchas llamadas para información telefónica y hemos habilitado videollamadas para que pudieran comunicarse. También hemos vivido momentos muy intensos y emotivos, al ver salir de la UCI a pacientes que han estado muy graves e ingresados mucho tiempo y han superado la enfermedad con éxito. Ello ha supuesto un aliento continuo para seguir con la lucha.

-¿La comunicación con los familiares mediante videollamada ha sido también una parte fundamental del tratamiento en esos momentos tan críticos?

-Es indudable que nos ha ayudado mucho y creo que debe potenciarse e incrementarse para el futuro. Otro de nuestros objetivos importantes en la UCI es la atención a los familiares, el acompañamiento a los pacientes durante el ingreso y al final de la vida.

-¿Hubo un alto índice de contagio de profesionales de la UCI del Reina Sofía durante los peores días la pandemia?

-No hemos tenido un impacto importante entre los profesionales.

-¿Le preocupa el crecimiento exponencial que está habiendo de los brotes ahora en verano?

-Creo que, en cierto modo, era esperable que aparecieran brotes, con otro tipo de perfil clínico, en el momento en que la población comenzó a moverse. Por lo tanto, no podemos bajar la guardia, tenemos que respetar las normas de distancia social, mascarilla e higiene de manos hasta que haya una vacuna eficaz. Tendremos que aprender a convivir con el virus. Si no nos protegemos, las consecuencias irán a más.

-¿Piensa que parte de la población ha dejado de cumplir con las medidas preventivas?

-Es indudable que nos hemos relajado. El confinamiento ha sido duro. Quizás se está teniendo una falsa sensación de seguridad. Por ello, no debemos dejar de insistir en los mensajes de prevención.

-¿Está trabajando muchas horas extra por la pandemia?

-Todos los profesionales de mi unidad hemos trabajado tanto de forma presencial, como en casa, protocolizando, estudiando, compartiendo información, muchísimas horas. No hemos mirado días festivos. Creo que ha sido un compromiso de todo el equipo.

-¿Cómo se debe trabajar con el paciente post-UCI y post-covid? ¿Qué secuelas principales suele presentar y qué camino le queda por recorrer tras salir de críticos?

-El síndrome post-UCI es un tema al que hay que prestar atención. Hay mucha patología que los intensivistas venimos estudiando desde hace tiempo. Son secuelas tanto físicas como psicológicas muy graves. Y no solo en el paciente covid, sino en todo aquel que ha pasado por UCI un tiempo, ha presentado una sepsis o ha requerido ventilación mecánica. Depresión, ansiedad, delirio, insomnio, déficit intelectual y falta de concentración, debilidad muscular, cansancio. Es un cuadro real de estrés postraumático que hay que tener muy presente ya durante e el ingreso en la propia unidad. La presencia de fisioterapeutas en UCI es de vital importancia para ayudar a una recuperación precoz. Muchos pacientes tardan más de un año en superar el cuadro completo y reincorporarse con normalidad a su vida laboral.

-¿Cuántos tipos de tratamientos se han empleado en la UCI del hospital Reina Sofía frente al coronavirus ¿Se ha recurrido a ensayos clínicos, impulsados por el Imibic y el Reina Sofía u otros centros de España o el extranjero?

-El hospital Reina Sofía, junto con el Imibic, se encuentra inmerso en varios ensayos clínicos, algunos liderados desde nuestra propia Unidad de Medicina Intensiva. Hemos podido disponer de todos los fármacos que el Ministerio de Sanidad proponía y aprobaba. El tema de la medicación ha sido muy cambiante a medida que iban saliendo resultados de ensayos clínicos a nivel mundial. En el hospital tenemos una comisión de tratamientos que ha funcionado muy bien, con actualizaciones continuas y discusión de las terapias disponibles y adecuadas a cada situación. Aún queda mucho camino que recorrer en el tema de tratamientos, pero cada vez se van publicando más evidencias.

-Antes de la pandemia, ¿a lo largo de su trayectoria había vivido antes algo así?

-A lo largo de mi vida profesional no he vivido una pandemia como esta. Ha sido una gran experiencia desde todos los puntos de vista, humano, social y sanitario. Creo que he aprendido mucho sobre la vulnerabilidad, la fragilidad de cualquier sistema y sobre el valor de todo lo cotidiano.