Llevamos varias semanas de altas temperaturas en Córdoba, con valores por encima de los 40, y parece que sufrimos la mayor ola de calor de nuestra historia. Siempre ocurre así, y cabe recordar, como explica el meteorólogo cordobés de la Aemet Francisco Bello, que «vivimos en una suerte de sartén de tipo triangular», circundados por dos sistemas montañosos, Sierra Morena al norte y el sistema Bético al sur. «Con el calentamiento diurno en verano y esos dos sistemas montañosos se genera un sistema de brisas, que van redistribuyendo todo el calor por el territorio, de ahí que Sevilla, Córdoba, Écija, Montoro o Andújar tengan temperaturas máximas bastante elevadas», explica Bello.

Recuerda Bello, basándose en datos de la Aemet, que justo un 13 de julio del 2017 se registra la temperatura máxima absoluta en Córdoba, que fue de 46,9 grados, mientras que la máxima absoluta de un mes de agosto fue de 46,2, el día 1 del año 2003. Normalmente, y viendo los datos, julio suele ser más caluroso que agosto. Sí es cierto, explica el meteorólogo, que «aunque estamos dentro de nuestra canícula», la tendencia es a periodos más largos de altas temperaturas, por «un nuevo patrón meteorológico» que se denomina «amplificación cuasiresonante, que tiende a ser más persistente, a durar más tiempo». En el ultimo año, explica, «hay ciertas ondas de amplitud grande que permanecen mucho tiempo y hace que en verano tengamos olas de calor más prolongadas, como en 2018 y 2019». En el 2019 hubo una ola de calor en junio y este año «a principios de mayo se han batido varios record de temperaturas en la península».

Respecto a lo que nos espera este verano -cuando para la semana que viene estaremos entre los 39 y los 42 grados- Francisco Bello señala que «a principios del verano, la Aemet hizo una previsión estacional en la que se intuía que este verano en su conjunto iba a ser cálido». Y en lo que respecta a agosto, «va a empezar dentro del tercil superior en la primera semana», aunque matiza que «todavía estas predicciones conllevan incertidumbre».

En cuanto a la relación de las temperaturas con la infección por covid, Bello apunta a un estudio entre la Aemet y el Instituto Carlos III en el que se observa que «a menor temperatura promedio, mayor incidencia» y que las altas temperaturas y la alta humedad reducen la transmisión.