En lo que va de año, Sadeco ha recibido un total de 59 llamadas por la posible presencia de mosquito tigre en Córdoba, de las que solo se han confirmado doce casos, tres de ellos con «infectación grave», es decir, con la aparición tanto de larvas como de insectos adultos.

Frente a los 187 casos positivos del 2019, los doce registrados entre el uno de enero y el 9 de julio de este año son pocos. Por eso, los expertos de Sadeco confían en que este verano se pueda mantener a raya esta especie invasora. Los meses de julio, agosto, septiembre y octubre serán claves.

A diferencia de otro tipo de plagas, la lucha contra el mosquito tigre tiene lugar, en la mayoría de los casos, en recintos privados. «Los focos de cría suelen estar en viviendas con jardín, donde se riega, hay fuentes ornamentales...», explica el responsable de Sanidad y Bienestar Animal de Sadeco, Enrique Flores. «Hasta el punto de que hasta el 70% de las larvas las hemos encontrado en el agua de los platos que se ponen debajo de las macetas, una costumbre muy cordobesa».

Sadeco tiene perfectamente acotada la zona donde hasta ahora se han registrado casos de mosquito tigre; el eje Asomadilla-Arruzafilla hacia el norte, donde están barrios como El Brillante, Mirabueno, El Naranjo y las zonas de El Patriarca y el Tablero.

Campaña informativa para prevenir el mosquito tigre

Tras la campaña del 2019, en que el personal de Sadeco realizó más de un millar de visitas informativas, «los vecinos se han concienciado», señala Flores, para quien, «cuando sabes que evitando la acumulación de agua en pequeños charcos tras el riego o en macetas, fuentes ornamentales o juguetes en el patio alejas de tu casa al mosquito tigre, normalmente lo haces».

Si aun así se detectan focos, Sadeco cuenta con un protocolo de actuación que ya puso en marcha el año pasado el Ayuntamiento en colaboración con la Universidad de Córdoba (UCO) y que ha vuelto a activarse este año.

No todo es mosquito tigre

A pesar del protagonismo del mosquito tigre desde que su presencia en Córdoba se detectó por vez primera hace dos años, hay otros insectos, primos hermanos de aquel pero autóctonos, más abundantes y hasta más molestos, que también combate Sadeco. En estos casos, el servicio de Control de Plagas sí actúa en canales, arroyos o humedales. Entre los que más «preocupan» a Sadeco están los simúlidos, conocidos vulgarmente como moscas negras. Para evitar su proliferación, desde Control de Plagas chequean arroyos y canales de riego en las zonas de Villarrubia y El Higuerón. Entre mayo y junio se toman muestras y se interviene donde se detecta una plaga, pues la normativa medioambiental impide acciones preventivas. Otros mosquitos autóctonos a los que combate Sadeco son los culex, un género de dípteros (dos alas) hematófagos (que se alimentan de sangre) y que se reproducen en humedales y cañaverales. Aunque el foco suele centrarse en la especie invasora, no todo es mosquito tigre.

Culicoides, los mosquitos más molestos

Aunque no es una especie invasora, los mosquitos del género culicoides se vienen detectando cada vez con más frecuencia en Córdoba desde hace unos cinco años. Antes eran más propios del campo pero ahora se han registrado focos desde el Brillante al barrio del Guadalquivir, Alcolea, Las Quemadas y Las Quemadilllas, Encinarejo o El Higuerón. Estos mosquitos se crían en zonas con humedad y materia orgánica, no en ríos o cauces de agua, por lo que es más difícil detectar sus focos. Sadeco trabaja con la Universidad de Córdoba (UCO) para controlar su expansión. Si se puede decir así, la ventaja es que los culicoides, aunque muy molestos, duran poco tiempo. Abundan en junio, pero cuando suben las temperaturas desaparecen.