-Empecemos, ¿quién es Maria Vinagre?

-Es una agencia de publicidad algo andrógina y recién parida. 25% estrategia, 25% creatividad, 25% ejercicio textual extraordinario y 25% ejecución reflexiva. Que cree en firme que las marcas que triunfen serán aquellas que abanderen el cambio hacia un mundo mejor. Que aporte un valor, que tengan un fin, que haga las cosas de forma propia y diferente. Vinculamos a las marcas con las personas, hacemos emotional branding.

-¿Qué es el ‘emotional branding’?

-Si lo traduces son dos palabras, marca y emocional. No hay marca si no es capaz de provocar emociones. Si no se vincula emocionalmente a las personas. Ahí es donde Maria Vinagre es exper.

-Lo he buscado en Google, y también es con el Maria sin tilde un pueblo de Portugal. ¿Se han hermanado ya con ellos?

-Nos has pillado. Encontrar nombre en este sector tiene kilómetros de tela. Pero este lo reunía todo. Mujer, fuerza, acidez, Portugal y mar. Si para el año nos dejan nos hermanamos y nos ponemos un apartamento en la costa portuguesa, ¡qué menos!

Elvira Gordo, Ana Rodríguez y María Luisa Ortega son, junto a Inma Muro, Maria Vinagre. Foto: Francisco González.

-Sois una agencia creativa y estratégica que le pone a los proyectos «un chorrito de acidez», menuda ensalada.

-Sí, es que el pudor y la homogeneidad no lleva a ningún lado. Hemos apostado por ser nosotras mismas. Atrevernos a crear desde la autenticidad de nuestras propias historias, de la de nuestros clientes y de las causas y tendencias que analizamos en nuestro laboratorio. De este maridaje sacamos los mensajes que ya tocan para que este mundo sea mejor. Y para que las marcas conecten realmente con las personas y perduren en el tiempo.

-La agencia está a caballo entre Madrid/Córdoba, ¿el proceso creativo lo hacéis con parada en Guarromán?

-(Risas). ¡Vaya nombre! ¿Sabías que Guarromán dió pie a la creación de la Asociación Internacional de Pueblos con Nombres Feos, Raros y Peculiares. Revisar estos naming accidentales sería un proyecto bonito. Respecto a la pregunta, nuestro equipo central sí, estamos en Madrid y en Córdoba, pero tenemos colaboradores en otras ciudades e incluso países. Creemos 100% en la co-creacion, en la colaboración y seguimos siempre un proceso creativo con metodología propia.

-En apenas unas semanas os han dado dos premios, en Los Ángeles por una campaña contra el racismo, y ayer en Madrid y Miami, por el mejor uso de mensaje viral. Esa es vuestra primera campaña de automárketing, supongo... ahora subirán las tarifas.

-Maria Vinagre es muy joven pero sueña a lo grande. Le enseñaron que no hay nada imposible y no para hasta lograrlo. Y así trabaja para todos sus clientes, sin importar su tamaño. Dicho esto, el reconocimiento (risas) no se le va a subir a la cabeza ni a las tarifas (risas).

-En publicidad, ¿se puede ser creativo sin ser moderno?

-Solo se puede ser creativo siendo tú. Seas moderno o clásico. Maria Vinagre está del lado más humano de la publicidad. Ya no llega a nadie el lado superficial de la publicidad. Analizando y dando forma a las tendencias, la tecnología, las causas y mensajes que merecen la pena. Y que abanderan el cambio.

-¿Qué inspira a Maria Vinagre?

-Se podría poner esnob y decir que el arte, la economía, la música, la innovación, las causas sociales y medioambientales, la evolución, las preguntas, la ciudad, la naturaleza y los robots, la ciencia, las matemáticas, la poesía, los animales, los niños, la gastronomía, y no es que sea esnob, pero le inspira todo.

-¿La publicidad tiene que ser ética? ¿Se puede vender todo?

-A María le gustaría pensar que no hay otra. Y en parte es así. Hay una frase que nos encanta, «las personas han decidido aportar algo al mundo cuando consumen» y nosotros la continuamos con, «las marcas tienen la responsabilidad de compartir sus valores y ayudar a provocar el cambio».

-¿Debe Córdoba renovar su marca?

-Sí, digamos que sí. Desde nuestro laboratorio de tendencias vemos que los mayores cambios van a producirse en las ciudades. Y las más beneficiadas de esta disrupción, si saben aprovecharlo, podrían ser las pequeñas y medianas. Se está revalorizando el espacio urbano como espacio de convivencia. La globalización ha demostrado que las grandes ideas pueden venir de cualquier parte. Y los inversores quieren apostar por ello. Hay que hacerse preguntas y responderlas para que suceda lo que queremos. Tenemos que plantearnos qué relaciones queremos que existan entre la ciudad, los comercios y las personas. El turismo, la industria, la cultura, la tecnología y la creatividad. Los cambios son oportunidades y además sabemos que se pueden provocar. Estableciendo ecosistemas donde startups, emprendedores, académicos y empresas colaboren. Una marca de ciudad no es diseñar un logotipo bonito. Es tener claro qué eres, cómo quieres ser, qué vas a aportar y ejecutar una hoja de ruta para desarrollarlo. Córdoba es maravillosa, pero podría serlo más.