-¿Qué efectos ha tenido en su empresa la crisis sanitaria del covid-19?

-Nos ha impactado de manera muy agresiva y sin margen de maniobra. Hemos vivido la mayor amenaza a la supervivencia de la empresa desde su fundación, la facturación se redujo en cuestión de días en un 90% y el parón progresivo de nuestra cadena de valor (acuerdos con proveedores y clientes) era una odisea diaria. Por otro lado, este parón en nuestra actividad nos ha permitido disponer de un tiempo para poder estudiar y analizar mejoras en nuestra empresa, tener claro que es el momento de innovar y apostar, con la proyección de ser una empresa con una base más tecnológica e innovadora para esta nueva normalidad que nos espera.

-¿Cuáles han sido los principales problemas que ha tenido que abordar?

-Nos hemos encontrado en una situación muy difícil de gestionar, además, sin experiencia previa en ello. Tener que solicitar un ERTE del 100% del equipo humano de la empresa ha sido muy doloroso, sobre todo porque no sabes cuánto tiempo va durar y, económicamente, no se puede sobrevivir mucho tiempo con una prestación que se demora dos meses en cobrar en muchos casos. Somos una cooperativa que somos prácticamente una familia y nunca hemos podido imaginar que algo así podríamos vivirlo.

-¿Qué medidas piden a las administraciones para que se pueda agilizar la actividad?

-Para empezar, necesitamos que tengan más empatía con el sector productivo. Las empresas nos enfrentamos a un nivel de burocracia muy alto, necesitamos que hagan un análisis de cómo podemos mejorar desde un punto vista autocrítico. Además, ahora es cuando más necesitamos de esa empatía para poder remar todos juntos potenciando nuestra industria, nuestro comercio, la digitalización e innovación y creando empresas más sólidas para las nuevos tiempos que vamos a vivir ahora.

-¿Qué es prioritario para su empresa y por qué?

-Lo prioritario es la salud. Debemos colaborar cada uno con su granito de arena, solo así podremos vencer esta crisis. Por otro lado, esperamos que el sector de automoción se reactive y llegue a niveles pre-crisis. Necesitamos una circulación de vehículos a niveles normales para que la cadena de valor en la que estamos inmersos pueda llegar de nuevo al nivel de facturación y contratación que necesitamos.