La cordobesa Eva María Cebrero, de 20 años, que quiere estudiar Odontología y es técnico de radioterapia, fue una de las voluntarias más madrugadoras que se acercó ayer por el Centro de Transfusión para donar plasma.

Desde los 18 años, esta joven ya ha donado varias veces sangre y con la de ayer, por segunda vez plasma. Su madre también es donante de sangre y anima a que cualquier persona, que tenga entre 18 y 65 años, pese más de 50 kilos y no tenga problemas de salud, acuda a donar sangre al Centro de Transfusión o a alguna de las colectas que organiza esta entidad fuera de su sede, pues muchos pacientes necesitan de esta ayuda para mejorar su calidad de vida.

Eva María es a su vez también donante de médula, por si en un momento dado, pudiera contribuir con su donación a salvar la vida de alguna persona que lo requiriera.