Los colectivos sociales que trabajan en Córdoba aplaudieron ayer la aprobación de la nueva renta mínima vital como una medida necesaria en el actual contexto de emergencia social que ha sumido a miles de familias en la pobreza más absoluta o en el abismo del riesgo de exclusión social. En este contexto, entidades como Cruz Roja, Cáritas, Adeat, Aperfosa y Anfane coinciden en la importancia de que exista un ingreso mínimo para proteger a los más vulnerables desde antes de la crisis del covid y para las situaciones sobrevenidas en la actual coyuntura, aunque algunos temen que se produzcan duplicidades en la concesión de ayudas y que eso desincentive de algún modo la búsqueda de empleo o cronifique la situación de pobreza de muchas personas o familias en lugar de promover un proceso de cambio de su situación.

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El vicepresidente de Aperfosa, Miguel López, puso el acento en que la medida «haga hincapié en ayudar a las familias con menores», aunque destacó que «esta renta va ayudar a paliar los efectos de la crisis, siempre que haya menos burocracia y su concesión más ágil debe ir acompañada de otras herramientas que promuevan el acompañamiento y motivación para salir de ese plano asistencial». En la misma línea, la presidenta de Adeat, Juana Herrera, cree que esta ayuda «va a aliviar a muchos hogares que lo están pasando mal en este momento», ya que otras prestaciones como la renta mínima de inserción social de Andalucía tiene un procedimiento demasiado largo y no es ágil en una situación de emergencia. «La clave es que sea rápida», recalca, al tiempo que destaca que «no se debería descuidar el estímulo a la búsqueda activa de empleo». También teme que existan duplicidades «ante las que habrá que estar atentos para establecer un reparto equitativo y que la ayuda llegue a todas las familias, también las que están en situación de necesidad pese a no ser usuarios habituales de los Servicios Sociales». El presidente de Anfane, Rafael Cidres, también valora positivamente la medida, pero teme que desincentive la búsqueda de empleo si se prolonga en el tiempo y no se incorporan controles para evitar duplicidades y sistemas de rendición de cuentas.

Cáritas Diocesana de Córdoba celebró la adopción de esta medida de protección de la población más vulnerable. Considera que ese ingreso mínimo «debe tener un ámbito estatal que garantice una cobertura equivalente en todo el país, promoviendo la cohesión social y la igualdad de derechos», y confían «en que sea efectiva lo más pronto posible para ayudar a paliar las necesidades de las familias que ahora están demandando ayuda». Según su director, Salvador Ruiz, Cáritas ya solicitó también la prórroga automática de la renta mínima autonómica «con modificaciones», ya que «el actual sistema incorpora en muchos casos requisitos que exigen cierta cronificación de la situación de pobreza, por lo que deja fuera y sin cobertura a las familias con situaciones de pobreza no extrema o que han llegado a esa situación de forma coyuntural».

Para esta organización, esta renta «debe proteger, sobre todo, a los hogares sin ingresos que se encuentran en situación de pobreza, a los hogares con bajos ingresos por la precariedad del mercado de trabajo y a familias con hijos a cargo que están viviendo situaciones cotidianas de pobreza infantil».

El presidente del Colegio de Trabajadores Sociales de Andalucía, F. J. Jiménez, cree que es la renta mínima vital «es muy positiva si es el primer paso hacia una renta básica universal no condicionada», algo que en su opinión, «obligaría a repensar todo el sistema de ayudas sociales», lo que permitiría combatir posibles duplicidades y la precarización del mercado laboral «que obliga a coger cualquier trabajo, tenga las condiciones que tenga». También apuesta por que las ayudas vengan acompañadas «de otras intervenciones», entre ellas, «el refuerzo de los Servicios Sociales y la actuaciones de los colectivos sociales, que deberían centrarse ahora en procesos de intervención social y no en lo puramente asistencial». Cruz Roja, que valora la medida especialmente en ciudades como Córdoba, por su elevada tasa de desempleo, coincide en que cubrir las necesidades básicas de la población les permitiría trabajar más en la integración social.