-¿Qué es lo más positivo de la situación que estamos viviendo con el coronavirus?

-Darnos cuenta de que nos necesitamos los unos a los otros, que lo que más te anima es tener cerca a los amigos, a la familia y a los compañeros de profesión. Ha sido maravilloso ver cómo en las iniciativas que han surgido y se han planteado a las administraciones (y que por desgracia no hemos podido llevar a cabo), la hostelería ha estado en primera fila, poniendo a disposición de la ciudad, y de quienes más lo necesitaban, sus recursos, que para muchos de nosotros en este momento son escasos.

-¿Qué enseñanza tenemos que extraer de lo que estamos pasando?

-Como ciudadano, que a lo que todos debemos contribuir y exigir es a vivir en un estado sólido que garantice económica, social y sanitariamente el bienestar de todos. Como profesional y propietaria de un pequeño negocio, replantearnos el modelo que estábamos construyendo. Si después de las inversiones que realizamos, de las horas que les dedicamos, no podemos subsistir ni dos meses algo no estábamos haciendo bien.

-¿Qué cuatro acciones concretas adoptará una vez que finalice el estado de alarma?

-Implantar procedimientos que garanticen a nuestros clientes seguridad para acudir a nuestros establecimientos; diseñar ofertas gastronómicas acordes a los nuevos hábitos de consumo; potenciar la actividad, en la medida que las administraciones nos lo permitan, en los espacios exteriores y, ahora más que nunca, apostar por el producto cercano y las denominaciones de origen.

-¿Cómo debe contribuir la iniciativa pública y la iniciativa privada para remontar la situación?

-La iniciativa privada debe volver con ideas renovadas. La pública debe actuar en dos direcciones: en esta primera fase, reactivar la economía local y, a largo plazo, convertir Córdoba y Andalucía de nuevo en un referente turístico y transmitir que somos un destino seguro y de calidad.