Las obras de la segunda fase de la reforma del Palacio de CongresosreformaPalacio de Congresos siguen su curso a pesar del estado de alarma por la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus y después de la paralización de dos semanas que sufrieron cuando el Gobierno decretó permitir solo la actividad a los sectores esenciales, entre los que no estaba el de la construcción. Los trabajos que empezaron el 5 de febrero han superado en gran medida la fase de las demoliciones -aún quedan algunas- y pronto se adentrarán en el grueso de la obra. Para ello, ya se está preparando la instalación de una grúa. Hay que recordar que las obras de la segunda fase de la reforma se centran en los alrededores del Patio Mudéjar, que se rehabilitarán y modernizarán al igual que se hizo durante la primera con el entorno del Patio Azul.

Fuentes de la Junta aseguran que las obras «continúan a buen ritmo a pesar de las circunstancias actuales». Los trabajos se iniciaron por el Patio Italiano y sus dependencias aledañas, que es la zona en la que estará la cafetería. Las labores iniciales se centraron también en la casa del guarda, ubicada en la planta superior de ese patio. Las primeras tareas consistieron en el desalojo del mobiliario y en el derribo de paredes y desescombro de los espacios afectados por la segunda fase de la obra.

Hasta ahora, y según esas mismas fuentes, se han ejecutado las demoliciones de las dependencias que ocupaban las antiguas oficinas y la casa del guarda, de la sala Ambrosio de Morales, del Patio Italiano y de la sala de reprografía. A estas tareas han seguido las de picado de paramentos verticales, solería y falsos techos en la sala Ramírez de Arellano y el desmontaje de elementos de carpintería, solería e instalaciones de fontanería en la antigua cafetería. De cara a lo que vendrá después, la empresa encargada de la obra, Tragsa, trabaja en la construcción de una losa de cimentación para la instalación de la grúa torre, que se montará en mayo «y que daría comienzo al grueso de la obra».

Todas las intervenciones se están llevando a cabo bajo la supervisión de arqueólogos porque no hay que olvidar que el Palacio de Congresos es un Bien de Interés Cultural. A eso se suman las medidas que Tragsa ha tenido que poner en marcha durante el estado de alarma tanto en higiene como en los procedimientos de trabajo. Según explica la Junta, los trabajadores de Tragsa han recibido los equipos de protección individual y tienen jornada continua de 7 a 15.00 horas desde un primer momento. Tragsa también ha plasmado las medidas preventivas en un documento que se ha incorporado al plan de seguridad y salud laboral que tiene la obra.

Obra esperada

La segunda fase de la reforma del Palacio de Congresos era una obra muy esperada, ya que la primera se inició en el 2013 y no acabó hasta el 2018 por el parón que tuvo de dos años. En esta fase, la Junta presta especial atención a la «protección y puesta en valor de los elementos patrimoniales» del edificio, según señala, y aborda la restauración interior de la capilla de San Sebastián y de sus retablos y la conservación del claustro del Patio Mudéjar. Además, la reforma da continuidad al adarve con una nueva sala, la bautizada como Beatriz Enríquez, y al espacio contiguo a los restos de la muralla califal. La rehabilitación afecta al Patio Italiano y a las salas Ambrosio de Morales y Julio Romero de Torres, además de a zonas comunes como oficinas, cafetería y tiendas.

La Junta está convencida de que el Palacio de Congresos, al estar integrado en un entorno histórico y cultural «de reconocimiento mundial, puede erigirse como uno de los principales equipamientos para exposiciones y congresos del panorama nacional e internacional». Fuentes de la Junta señalan que la reforma es «una prioridad» por el «enorme potencial que representa para Andalucía y para una ciudad con el atractivo turístico de Córdoba poder contar con un espacio como este, moderno, innovador y multifuncional, hecho a la medida de las demandas de la industria congresual».

Las obras tienen un presupuesto de 5,6 millones y un plazo de ejecución de año y medio, que debe acabar antes de octubre del 2021, fecha en la que expira el plazo fijado en el contrato firmado por la Junta con la empresa concesionara del Palacio de Congresos, al frente de la que está el empresario Juan Salado.