De los 305.000 hogares que hay en la provincia de Córdoba, un 9%, es decir, 30.200, están formados por familias monoparentales, a los que durante esta etapa de confinamiento se les ha complicado aún más la tarea de hacer de padres y madres a la vez. El número de familias monoparentales ha crecido en Córdoba en el último lustro un 14%, pasando de las 26.400 que había en el 2014 a las 30.200 de ahora. El incremento registrado entre el 2018 y el 2019 ha sido del 1% (de 29.900 a 30.200).

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La mayoría de las familias monoparentales, 25.900 (un 85%) están formadas por madres con hijos, mientras que el 15% restante (4.300) lo conforman padres que residen con sus descendientes. Tanto en un grupo como en otro, lo más frecuente es que tengan un solo hijo (17.600 mujeres y 3.200 hombres); aunque también las hay con dos (7.100 mujeres y 1.100 hombres) y tres o más (1.300 mujeres y ningún hombre).

En cuanto al estado civil, lo más frecuente es que en las familias monoparentales el único miembro de la pareja haya enviudado (hay 13.400 hogares en esa situación); esté divorciado (5.900); soltero (4.200); separado (4.100); o casado (2.700).

Respecto a las edades, las dos horquillas más frecuentes son las de más de 65 años (donde hay 12.100); la de 45 a 54 (con 6.700); y la de 55 a 64 (con 5.700).

Una de estas familias es la que forman María (prefiere mantener su nombre en el anonimato), que tiene 34 años y está separada, y su hija de siete años, a la que lleva sin ver un mes, ya que desde que empezó el estado de alarma se encuentra en el campo «con su abuelo y sus primos». María se vio obligada a optar por esa solución por motivos laborales, ya que trabaja en un supermercado. «La situación es agotadora», confiesa. «Nunca había estado tanto tiempo sin verla», asegura María, que se tiene que conformar con las videollamadas. «La llamo todos los días», señala. «No puedo ir al campo por si me pilla la Policía o por si fuese portadora, y en esta situación el miedo se apodera un poco de todos», lamenta.