La propagación del covid-19 ha provocado que algunos centros y residencias de mayores tengan que adoptar medidas excepcionales para prevenir el contagio de las personas más vulnerables. Es el caso del Grupo Orpea, que cuenta con dos centros en Córdoba: la residencia para mayores y centro de día Córdoba Sierra y la residencia Córdoba Centro. En ambos casos, y según ha comunicado el grupo a través de sus redes sociales, «se pospondrán todas las visitas de personas que, en los últimos 14 días: hayan regresado de una zona donde el virus esté circulando activamente; hayan estado en contacto con un enfermo de covid-19; o hayan permanecido en contacto cercano con una persona que haya viajado a una zona donde esté circulando el virus».

Así, «se busca evitar que el colectivo más vulnerable, que son los mayores, pueda verse afectado», aseguraban fuentes de la compañía. Se siguen las pautas marcadas por el Ministerio de Sanidad. «Sí es común la restricción de acceso de personas del exterior a las residencias», añaden. Además se hacen circular indicaciones sobre cómo lavarse correctamente las manos, qué hacer cuando se tose o estornuda y con qué personas evitar el contacto cercano.

Entre los residentes «no existe miedo, pero sí respeto», y sus familiares afirman que «ni miedo ni tranquilidad, lo que llegue, llegó, es algo inevitable», dice Rafael Rodríguez, que tiene a una persona interna en la residencia. «Han cambiado el protocolo de entrada: ahora tienes que identificarte y firmar, pero sin poner el nombre del familiar al que vienes a visitar, y lavarte las manos con el gel desinfectante», asegura otra persona que salía de estar con un familiar.

En otras residencias se transmite «tranquilidad y normalidad», como es el caso de la Residencia de Ancianos San Rafael Vitalia Home de Arroyo del Moro y de la Residencia Virgen del Valle de la parroquia de Cristo Rey, las cuales no están adoptando restricciones especiales. Las residencias del grupo Domusvi, en Puente Genil y Aguilar de la Frontera, han hecho recomendaciones de que las visitas se ciñan a «lo estrictamente necesario», a diferencia de las restricciones que sí se han aprobado en otras comunidades como el País Vasco.