La hermandad de la Sentencia dejó ayer una estampa para el recuerdo en el Vía Crucis de las cofradías cordobesas. Todo estaba cuidado al detalle y eso se notó en la puesta en la calle con un vía crucis a la altura de la Semana Santa de Córdoba.

En una tarde donde el cielo se tornó gris, el Señor de la Sentencia salió de la parroquia de San Nicolás rumbo a la Catedral acompañado por más de doscientos hermanos con cirio así como representación de las hermandades del Lunes Santo y la Agrupación de Cofradías.

La imagen de Juan Martínez Cerrillo se abría paso por estrechas calles en una parihuela cedida por la hermandad del Nazareno de la Rambla, cuya cofradía también iba representada en el cortejo. En cuanto al exorno, la imagen lució la túnica llamada de los dragones, mientras que la parihuela llevaba un friso en clásico clavel rojo salpicado de una flor en tono morado. El Señor caminaba solemne acompañado musicalmente por las voces de la sevillana capilla musical María Auxiliadora, junto a las voces de la escolanía de Sevilla.

Con algo de retraso, el Señor de la Sentencia hacía su entrada en la Catedral, fue entonces cuando el vicario general de la diócesis, Antonio Prieto, daba la bienvenida a los asistentes dando comienzo el piadoso rezo del vía crucis, cuyas estaciones, un año más, fueron leídas por el cofrade Fermín Pérez.

Mientras en el interior de la Catedral iba concluyendo el rezo del vía crucis, en el exterior comenzaba a caer una impertinente lluvia. Ante esta situación el cabildo de oficiales de la cofradía se reunió para decidir, finalmente la hermandad, ante las inclemencias meteorológicas, suspender el regreso a San Nicolás, quedando la imagen custodiada en la Catedral.