El presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, ha animado a “cerrar las trincheras” en relación a las denominaciones de calles y a “hablar de presente y de futuro”. Fuentes asegura que el cambio de nombres que se acuerda a mediodía del miércoles en el consejo rector, y que consiste en que Foro Romano se llame Cruz Conde (no José Cruz Conde, como antes de la rotulación que hizo el anterior gobierno local) y que la avenida del Flamenco se denomine de Vallellano (y no Conde de Vallellano, como antes), “tiene informes técnicos que lo avalan” y “se ha sido muy generoso en la nueva nomenclatura”.

En este sentido, Fuentes asegura que “no debo tener ningún complejo con lo que se está haciendo ni tengo que pedir perdón a nadie”, ya que “estamos actuando dentro de la legalidad”. “Poniendo Vallellano y Cruz Conde no hago ninguna barbaridad”, señala, y asevera que “hay miles y miles de firmas que querían que esas calles siguiesen con su nombre, como ocurre con Cañero y Rey Díaz”.

De esta manera, ha respondido al paso dado por Adelante Andalucía, que ha pedido amparo al Defensor del Pueblo por el restablecimiento del “callejero franquista”.

En cambio la visión de IU es otra distinta a la de Fuentes. El portavoz municipal de IU, Pedro García, ha lamentado que se haya vuelto al modelo de nombramiento de calles "del siglo pasado", al incluir nombres de "franquistas", otros de "contenido religioso", y que no haya ninguna propuesta de nombres de mujeres, con lo que se inclumple no solo la ordenanza sino también el plan transversal de género. García ha afirmado que su comentario es algo "científico", y ha insistido en que no es una opinión personal sino un hecho constatado que Cruz Conde y Vallellano son figuras que enaltecen "el franquismo sociológico" en esta ciudad.

El consejo rector, además de iniciar los trámites para cambiar de nuevo el nombre de Foro Romano y de avenida del Flamenco, deja sin efecto los acuerdos adoptados para modificar la denominación de Cronista Rey Díaz, cuya rotulación no llegó a efectuarse por suspensión cautelar, y Cañero, que, a pesar de pasar a llamarse plaza de los Derechos Humanos, recuperó su antiguo nombre este verano tras una sentencia.