Los colegios públicos no son los únicos que están viviendo con desconcierto los días previos al inicio del proceso de escolarización. El presidente de Escuelas Católicas en Córdoba, Antonio Guerra, aseguró ayer que los padres interesados en solicitar plaza para sus hijos en la escuela concertada les manifiestan su malestar y preocupación por la falta de información sobre la definición definitiva de las zonas de influencia. «Hay muchas dudas que no podemos resolver porque nosotros no sabemos cómo se van a plasmar sobre el callejero las zonas de influencia», recalcó. En su opinión, «es una barbaridad que aún no se haya hecho público el mapa y que los padres no sepan a estas alturas dónde podrán solicitar plaza para sus hijos». Sin datos concretos, Guerra evitó hacer valoraciones sobre el nuevo mapa escolar al tiempo que explicó que Escuelas Católicas tenía convocada ayer una reunión con los centros de la patronal, tras el consejo escolar celebrado el lunes, en el que no pudieron explicar los cambios «porque no tenemos información».

En lo que se refiere al decreto, Guerra afirma que Escuelas Católicas «lo valora positivamente en la medida en que da más opciones de libre elección a los padres y permite la reunificación de hermanos en el centro que elijan, elevando si es necesario la ratio, algo que es básico para garantizar la conciliación familiar y laboral de muchas familias».

Por su parte, la presidenta de la Fapa Concertada, Mª Luisa Lucena, dijo ayer no entender por qué los centros públicos se sienten tan amenazados «cuando la disminución de la natalidad es un hecho que nos ha afectado a todos y llevamos muchísimos años en los que no se han creado nuevas aulas».