Un grupo de amigos y exclientes de la antigua taberna El Gallo se han reunido para recuperar la esencia del mítico bar, cerrado hace un año, pero esta vez en La Corredera. El próximo jueves a las 21 horas se inaugurará El Gallo de La Corredera, que, según han comunicado, pretende recuperar "uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, con más tradición y más antigüedad para poder seguir el testigo de las tabernas típicas cordobesas". Sin embargo, el anuncio ha provocado la reacción de la familia propietaria de las Bodegas El Gallo y que gestionaba la taberna de la calle María Cristina, que se ha desvinculado del proyecto. En declaraciones a Diario CÓRDOBA, Teresa García Alijo, ha manifestado que tanto ella como sus hermanas rechazan que este nuevo proyecto tenga algún vínculo con el anterior, "más allá de haber contratado algunos ex empleados" y defiende que se está haciendo un uso indebido de la marca.

Para la nueva aventura, los socios que han compuesto el equipo de El Gallo de La Corredera han optado por contratar al personal del local del antiguo Gallo, ubicado en la calle María Cristina, por lo que tras la barra estarán dos de los tres camareros que había en la antigua taberna (el tercero está jubilado, según detalla uno de los socios) y el mismo personal de cocina. De esta forma, afirman, se servirán los mismos vinos y las mismas tapas a las que los clientes de El Gallo estaban acostumbrados, como las gambas rebozadas, el bacalao frito, la remolacha o los boquerones en vinagre. También se ha intentado recuperar la atmósfera de la taberna tradicional, "con barra de mármol, puertas de madera recuperadas y azulejo tradicional", destacan sus creadores.

El horario de cocina de la taberna será el de antaño, de 12 a 17 horas y de 20 a 00 horas, aunque no se cerrará de 17 a 20 horas para aprovechar los veladores que se instalarán en la terraza, donde se servirán también copas entre comidas. El Gallo de La Corredera se encuentra en un pequeño local situado justo a la entrada a la plaza, en el que hasta hace poco se vendían bocadillos.

A los impulsores del nuevo negocio les une la nostalgia por la antigua taberna El Gallo, que se abrirá con el mencionado nombre. Los nuevos gestores han explicado que no han negociado la apertura con los dueños del antiguo local y que esta denominación no estaba registrada.