Más de 70 centros educativos de la capital de Infantil, Primaria y Secundaria tienen salas de juego. Esa distancia es la que, como mínimo, tiene en mente exigir Urbanismo en la innovación de PGOU que llevará a cabo para poner freno a este tipo de establecimientos que en los últimos años están aumentando y suscitando quejas. Dentro de esos 70, hay cerca de una veintena de institutos de educación Secundaria (IES), que representan el 80% del total de la capital, con salones de juego cerca. Además, hay más de media docena de colegios que tienen entre cuatro y seis salas de juego a su alrededor, entre ellos, el de los Trinitarios, el Condesa de las Quemadas y el Santa María de Guadalupe. No hay más de media docena de salas (apenas un 12%) que superen los 500 metros entre ellas y estos centros, por lo que ese requisito puede ser un hándicap para las que decidan instalarse en un futuro.

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Los datos se obtienen a partir del listado elaborado por la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara, en el que aparecen 48 establecimientos de este tipo, aunque alguno ha cerrado. Los últimos datos oficiales, publicados por este periódico en octubre, cifran en algunas más las salas, 55, un 25% más que un año antes. Ni Junta ni Ayuntamiento han facilitado un listado actualizado con los locales existentes y los que están a menos de 500 metros de centros educativos. Los resultados se obtienen de comprobar, usando Google Maps, la distancia entre cada una de las salas que plasma Al-Zahara y los colegios de su alrededor. Los aproximadamente 70 centros contabilizados por estar en ese ámbito inferior a 500 metros representan más de la mitad de los existentes en la ciudad y eso, excluyendo guarderías, centros de adultos, escuelas de arte y conservatorios. Hay que tener en cuenta que cuando Urbanismo habla de aumentar distancias alude a «suelo de uso educativo», sin distinciones, por lo que, incluyendo todo, puede haber más de 70.

Una de las conclusiones de ese análisis es que en Ciudad Jardín y Poniente abundan las salas con colegios cerca. En el ámbito de influencia de las ubicadas en Costa Sol, avenida del Aeropuerto, Camino de los Sastres, Gran Vía Parque, Manuel Fuentes Bocanegra y centro comercial Zoco están los IES Alhakén, Zoco y Medina Azahara, y los colegios San Rafael, Enríquez Barrios, Ciudad Jardín, Europa, Vista Alegre, Zaida y Virgen de la Fuensanta. Lo mismo ocurre en la avenida de Barcelona, Jesús Rescatado y Viñuela, así como en Fátima. Como ejemplo de IES con local de juego justo enfrente está el Zoco, pero no es el único con distancias cortas.

Lo que dice la norma

Esta es la radiografía de lo que hay. De momento, la normativa andaluza exige que los salones recreativos mantengan un mínimo de 100 metros entre sí y de 50 de metros respecto a un colegio. El PGOU impide que se instalen en edificios destinados total o parcialmente a uso educativo y permite que vayan en viviendas pero con acceso independiente y no por encima de la planta segunda. Todo esto puede cambiar, tanto a nivel autonómico como municipal. Urbanismo ya ha iniciado los trámites para modificar el artículo 12.4.8 para que «los establecimientos de juego y salones recreativos, bingos, casinos y similares» se ubiquen a más de 500 metros de suelos «educativos, deportivos o de equipamientos socioculturales». El análisis efectuado por este periódico no incluye equipamientos deportivos y socioculturales que tienen a menos de 500 metros este tipo de locales, que también son muchos.

Mientras tramita la innovación, Urbanismo ha suspendido la concesión de licencias de todo tiposuspendido la concesión de licencias, que no otorgará durante un año. Con motivo de esta moratoria, ya en vigor, ha paralizado la concesión de una decena de permisos para salas de juego que había pedidos. El presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, explica que hay siete solicitudes pendientes de informe técnico y cinco con documentación requerida, que se quedan en stand by hasta dentro de un año, momento en el que tendrá que decidir si amplía el plazo de suspensión.

Fuentes garantiza que «vamos a trabajar e intentar cumplir los compromisos contraídos con el grupo de trabajo constituido por Al-Zahara y actuar de forma coordinada con la Junta en esta materia para el estricto cumplimiento de la ley». Además, se compromete a «buscar fórmulas de colaboración con el sector para proteger a los más débiles y a los escolares de malas prácticas».