Lo primero que me gustaría decir es que me siento profundamente afortunado de ser cordobés. Nacer en nuestra tierra es algo especial, te das cuenta, sobre todo, cuando comienzas a ver culturas y sociedades lejanas, y no tan lejanas.

Veo ilusión y ganas en mi generación por trabajar, crecer y vivir en nuestra tierra, aunque tristemente percibimos que una gran mayoría se ve obligada a irse fuera para encontrar un futuro mejor.

Lo que más me preocupa es exactamente eso, que los jóvenes no tengan oportunidades para poder vivir y desarrollar su actividad en nuestra tierra y se vean abocados a salir de Córdoba, con su talento y conocimiento, hacia otras ciudades españolas o del extranjero.

Desde hace un tiempo se ve una evolución positiva que ojalá siga creciendo porque mi deseo, y el de muchos, es que Córdoba, además de ser una capital y provincia milenaria con una cultura inmensa y un atractivo turístico impresionante entre otras muchas cosas, también debe ser la tierra donde las nuevas generaciones de cordobeses y cordobesas puedan labrarse un futuro pleno.