Nos encontramos ante una provincia marcadamente rural, con escasa industrialización, niveles altos de paro, temporalidad y precariedad en el trabajo, con precios de vivienda más acordes con poblaciones de renta más alta, donde las administraciones en sectores como el cultural son finalistas, es decir, elaboran los productos finales en vez de crear estrategias para que sean los ciudadanos los que los generen y, sin embargo, es una provincia con una muy buena localización geográfica, con varias declaraciones Patrimonio de la Humanidad, que tiene universidades especializadas en sectores claves, investigación y desarrollo en algunas áreas fundamentales, una buena oferta turística y una tendencia bastante acusada a desaprovechar lo que tiene. Para abordar cualquier reto habría que comenzar con un cambio de perspectiva en la gestión. Hablamos de sostenibilidad continuamente, pero concretar esto se nos hace más complicado. La sostenibilidad se basa en un equilibrio entre lo económico, lo social y lo medioambiental.

Va a haber un nuevo plan estratégico en la ciudad de Córdoba. Bienvenido sea. Lo cierto es que es hora de hablar del modelo económico. El sector agrario es, quizá, el que cuenta con más participación de la universidad. Contamos con una alta tasa de investigación y desarrollo que es necesario mantener y aumentar. El turismo adolece de planificación. El patrimonio es otro de los pilares de Córdoba. Sin embargo, es necesario un cambio de mentalidad en la gestión.

Desde el punto de vista cultural, la oferta se corresponde a las expectativas del consumo interno, pero no tiene capacidad para convertir a la ciudad en destino cultural. El papel de la Universidad en I+D+i ha de aumentar. Las administraciones deben avanzar en su modernización, ganar en agilidad y en eficiencia. Actuaciones importantes son incorporar el patrimonio cultural a la ciudad moderna, a la vez que se conserva; ayudar a los ciudadanos a que sus edificios sean cada vez más sostenibles, mejorando la eficiencia energética de las zonas comunes y disminuir el consumo. Además, deben tener entre sus prioridades la implantación de empresas emergentes. La mejora de la educación debe ser objetivo prioritario.