«Después de 27 años, es muy complicado poner a una persona en el lugar del crimen», afirma María del Mar Donoso, hermana de Soledad, la joven cordobesa localizada sin vida junto al río Guadalquivir en 1992. Sin embargo, la familia mantiene la esperanza de conocer lo ocurrido y lograr que se haga justicia, por lo que ahora «nos agarramos» a las nuevas pruebas de ADN que se realizarán, previsiblemente, a un jersey y a un mechero en Santiago de Compostela, señala. Donoso y el criminólogo Félix Ríos apuntan a estas periciales como «el último cartucho» para conocer la verdad, aunque este experto hace hincapié en que también se podría dar la circunstancia de que aparezca un testigo que colabore en la resolución del caso.

Confianza en el resultado

Los dos efectos que se pretenden examinar fueron localizados junto al cadáver de la víctima y ya fueron analizados hace algunos meses en el laboratorio de la Policía Científica, pero no se lograron revelar vestigios de ADN, y es que «el porcentaje que analizaron fue mínimo», apunta Ríos. Por esto, la familia aportó un informe que indicaba que se podía realizar una prueba más profunda y el juzgado de Instrucción 7 accedió a la ampliación. El centro elegido para esta actuación es el Laboratorio de Genética Forense de Santiago de Compostela, «en teoría, el mejor de España», subraya Ríos, y todavía tiene que decidir si la pericial es viable. En caso de que la respuesta sea positiva, se podría realizar el próximo mes de enero.

De este modo, el criminólgo destaca que el objetivo es conseguir ADN y cotejarlo con el del hombre sospechoso, que continúa siendo investigado por la muerte violenta de Soledad Donoso.

Sobre esta persona, Ríos recuerda que tiene familia en las fuerzas de seguridad y que para demostrar su presunta autoría de los hechos «hace falta situarlo en el escenario» del crimen, ya que negó cualquier vinculación al ser interrogado en el año 2013, aunque se sabe que mantuvo una relación con la joven.

El criminólogo también comenta que al llegar a este caso, en torno al año 2010, «nos encontramos con una investigación bastante deficitaria y cuando conseguimos que se reabriera (en el 2012) la jueza solicitó que fuera asuntos internos de la Policía de Madrid quien llevara la investigación para garantizar la objetividad en el trabajo».

Sin hacerse ilusiones

En cuanto a la situación de la familia de Soledad Donoso, su hermana María del Mar subraya que «no nos queremos hacer ilusiones» con las pruebas nuevas, aunque «es lo único que nos queda, a lo que estamos agarrados, porque después de esto es muy difícil ya». Asimismo, recuerda la preocupación por el paso del tiempo y la prescripción de la causa.

De su parte, el abogado de la familia, Diego Costa, manifiesta su confianza en estas periciales y abunda en que «entendemos que podrán ver hasta el último detalle. Si hay algo, lo encuentran ellos».

Desde hace años, la familia ha solicitado, además, la colaboración ciudadana para localizar al propietario de un coche rojo, marca Volkswagen Golf GTI del año 1991, porque es el vehículo en que, supuestamente, subió Soledad momentos antes de que ocurrieran los hechos, según lo asegurado por testigos a la Policía.