A las cuatro de la tarde se empezó a formar la cola, que daba la vuelta al Patio de los Naranjos y salía a la calle. Por la puerta de San Miguel, autoridades y representantes de todos los sectores sociales, económicos, culturales y ciudadanos cordobeses también accedían con cierta espera. La organización, impecable, y el guitarrista Vicente Amigo ensayando, desde un rato antes, para un concierto convocado a las siete y media pero que iba a empezar a las ocho. Más bien unos minutos después, por el revuelo del público al sentarse y de los saludos. El alcalde, José María Bellido; el presidente del Cabildo Catedral, Manuel Pérez Moya, autoridades de distintas administraciones y el pueblo llano, dispuesto a disfrutar de la música de Vicente Amigo en un concierto histórico, el que conmemoraba el 25 aniversario de la declaración del centro histórico como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Tocar en un lugar "sobrecogedor"

Amigo hizo su aparición serio, con un solo, seguido, de Autorretrato. Tierra, Prólogo/Estación, Campos, Idilio, Río de la Seda, Bolero a los Padres --que dedicó a su madre, «que ha tenido el valor de venir», pues su padre ya falleció- Guadamecí... Acompañado de Los Mellis de Huelva, Añil Fernández, Paquito González, Danny Cummings, Mike McGoldrick, Donald Shaw y John McCusker. En la segunda parte se incorporó el cantaor Pedro El Granaíno con las 4 Lunas que dedica al torero Talavante. Cerró con Réquiem y Roma, de la que hizo un bis ante la insistencia del público.

Amigo evolucionaba hacia las sonrisas y la complicidad. La música transportaba a momentos de pura alegría, de esperanza, de melancolía... El guitarrista se dirigió al público para «agradecerles que nos arropen en este lugar sobrecogedor» y anunciar que intentaría «devolver el gesto con el corazón». Hizo mucho más que eso: expresó con su música los valores de la Córdoba universal, Patrimonio de la Humanidad.

El guitarrista Vicente Amigo, durante un momento de su concierto en la Mezquita-Catedral este jueves. FOTO:A.J. GONZÁLEZ