El edificio de 6.430 metros cuadrados, llamativo por fuera por su colorida fachada, está concebido como un espacio cultural y tecnológico. Eso es, al menos, lo que se desprende del proyecto licitado en julio del 2013 después de un largo camino que tampoco fue fácil. Hay que recordar que para entonces habían pasado ya cinco años desde que Córdoba resultó agraciada con los fondos del plan Urban Sur, concedidos en el año 2008. Cuatro mandatos han hecho falta para ver la reforma ejecutada

El proyecto diseñado por Rafael García Castejón, Javier Valverde Abril, José Luis Chofles y el delineante José Luis González, señala que uno de los fines de la reforma es lograr un centro atractivo para el distrito, al que pretende revitalizar, y para el resto de la ciudad. Ayer Rafael García y Javier Valverde explicaban durante el recorrido la distribución de los espacios, pero recordemos qué cuenta el proyecto, del que llama la atención su terraza para actividades al aire libre de la planta segunda.

Los espacios de este edificio son diáfanos y abiertos, para brindar más posibilidades de distribución. La parte bautizada como zona cívica, que es la ubicada entre el sótano y las plantas baja, primera y segunda, es la de las zonas comunes y de uso general. La parte dedicada a administración y formación, que es la que se distribuye entre la planta tercera y la séptima, es la que el proyecto bautiza como centro de producción e iniciativas y considera como alma del edificio. Ese centro de producción, según consta en el proyecto, está pensado para generar productos culturales relacionados con la música, el sonido y el diseño y para comercializarlos después.

Ese centro de producción e iniciativas tiene un espacio reservado en la tercera planta como ámbito TIC (oficinas y módulos de servicios para actividades relacionadas con las nuevas tecnologías), oficina de desarrollo (despachos, administración y sala de estar) y lo que el proyecto denomina como zona de dirección del ecosistema emprendedor (oficinas de dirección y gestión, sala de estar, despachos y centro de asesoramiento), que persiguen los intercambios de experiencias entre empresas.

El centro de producción, en la cuarta planta, cuenta con dos salas de grabación y otras tantas de coworking, además de despachos y zona de dirección; en la quinta, con laboratorio multimedia y zona para empresas que empiezan; en la sexta, con un espacio para empresas en marcha con módulos de servicios y centro de asesoramiento; y en la séptima, con talleres de diseño industrial, de diseño de moda y de dibujo.

Además de la caja negra del sótano, el proyecto contempla una mediateca entre las plantas baja y primera, en cuya parte baja está la zona de audiovisuales e informática, bebeteca, sección infantil y terraza; mientras que en la alta, está dibujado el aulario, la sala de lecturas y publicaciones periódicas y la ludoteca. Esa parte del edificio está concebida en el proyecto como un espacio polivalente pensado para los colectivos vecinales, que en más de una ocasión han reivindicado poder utilizar el edificio.