"No tenía ni para caerme muerto y acepté". Esta ha sido la afirmación de un procesado como presunto administrador de una empresa del Caso Fénix en la mañana de este miércoles, en la que ha relatado que su necesidad económica le llevó a firmar papeles en blanco para el supuesto cabecilla de la trama, hoy fallecido, durante la segunda sesión del macrojuicio por un presunto fraude a la Hacienda pública en el sector de la joyería.

El encausado solo ha respondido a las preguntas formuladas por su defensa, detallando que tiene cinco hijos y que su relación con el entramado societario impulsado en Barcelona llegó a raíz de una enfermedad.

Acerca de su inicio en esta actividad, ha asegurado que le dijeron "que era totalmente legal", aunque también "que tenía abogados por si había algún problema".

Junto a esto, ha detallado que los papeles que firmaba "estaban en blanco" y ha aludido a la existencia de un inmueble del que le obligaban a ausentarse dos horas todos los días, matizando que "nunca vi dinero ni oro".

Otro de los encausados, un individuo de edad avanzada que ha sido el primero en declarar, ha optado asimismo por responder únicamente al abogado que ejerce su defensa, coincidiendo en que cuando contactó con la empresa del principal acusado necesitaba trabajo y este buscaba un administrador.

Ante el tribunal, las acusaciones (ejercidas por la Fiscalía y la Abogacía del Estado) y decenas de letrados que defienden a otros encartados, ha manifestado que desconocía lo que firmaba y que "lo que me interesaba era cobrar el dinero para llevarlo a casa", aunque confiaba en que hacía algo legal.

Este acusado ha recordado que le presentaron "un talonario en blanco" y que el supuesto cabecilla de la trama "nunca me recibió en la empresa, siempre en la cocina de su casa", precisando que "una señorita me traía el talón para firmar", pero que él "no conocía a nadie". Por otra parte, ha admitido que "me interesaba creerme" al principal acusado en la operación Fénix.

Para finalizar, su abogado le ha preguntado si en los interrogatorios a los que ha sometido le informaron de su detención por delitos contra la Hacienda pública o falsificación, a lo que ha respondido que "No, se apenaron de mí".

Estas declaraciones se encuentran en la línea de las realizadas ayer por el hijo del supuesto cabecilla hijo del supuesto cabecillade la trama, que indicó que desconocía que los administradores de las empresas de su padre no acudían a las sedes de estas.

El Caso Fénix ha llevado a sentarse en el banquillo de los acusados a 96 personas físicas (en tres casos ya han prescrito todos lo delitos) y 26 empresas, que presuntamente habrían participado en un fraude de 154 millones de euros a la Hacienda pública, materializado a través de la compraventa de oro.