Por octavo año consecutivo, y al mismo tiempo que en otras 371 ciudades de 30 países europeos, Córdoba celebró ayer la Noche Europea de los Investigadores, en la que 46 grupos de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO), con 256 investigadoras e investigadores a los que se unieron 10 del Jardín Botánico y 6 del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC), divulgaron y acercaron ayer sus trabajos científicos a cientos de cordobeses que se acercaron a los distintos espacios que fueron escenario de este evento. 272 investigadores en total, 137 mujeres y 135 hombres, que demostraron de una forma práctica y lúdica la relación entre investigación y vida cotidiana, ejemplificando el objetivo de hacer Ciencia con y para la sociedad que propugna la UE dentro del Programa Marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020.

No en vano, los investigadores acercaron sus estudios a un público conformado por personas de muy variado perfil cultural, social y educativo, desde niños pequeños hasta personas mayores.

La jornada comenzó por la mañana, cuando un centenar de escolares desde Infantil a Bachillerato participaron en la Feria de los Pequeños Grandes Investigadores, que tuvo lugar en el Real Jardín Botánico de Córdoba y en la que estos alumnos expusieron sus experimentos y proyectos relacionados con la ciencia, la naturaleza y el medio ambiente, que fueron evaluados por un comité científico.

Ya por la tarde, desde las 19.00 horas y hasta las doce de la noche, se desarrolló en los jardines de la sede del Rectorado de la UCO la actividad central de la jornada, la Feria de los Ingenios, que incluyó actividades infantiles como juegos metabólicos y ciencia didáctica; y diferentes espacios divulgativos en los que los investigadores acercaron sus trabajos y respondieron a todo tipo de preguntas de los asistentes. Entre los investigadores y trabajos, ámbitos tan diversos como la biología, la psicología y la ingeniería. Previamente, el interior del Rectorado también acogió un juego de scape room con la ciencia como telón de fondo.

El Rectorado también albergó otro punto álgido de este evento, la Gala Central de la Noche de los Investigadores, un ameno y «disparatado resumen», según los organizadores, sobre la verdadera vida de quienes hacen ciencia en la Universidad, donde se hizo balance de todas las actividades de divulgación científica de la UCO conjugadas con juegos y bailes. Ya fuera del Rectorado, y de 21.00 a 22.00 horas, un total de 14 patios cordobeses de la zona de San Basilio, Centro y Axerquía volvieron a albergar Patios de Ciencia, conversaciones distendidas entre grupos de investigación y ciudadanos, en las que se habló de biología, biomedicina, agricultura y literatura, entre otros temas. Momentos antes la ciencia también hacía acto de presencia en sendos bares del centro de la ciudad, que acogieron microcharlas.

En definitiva, una forma de dar a conocer la labor de estos profesionales y de despertar vocaciones científicas, explicando al ciudadano medio que hay detrás de eso que llamamos «ciencia», desterrando la idea de que es una cosa lejana y alejada de la realidad.