Más de la mitad de los jóvenes cordobeses reconocen abiertamente tener prejuicios de tipo racista sobre algún colectivo social minoritario pese a que casi un 80% de ellos es capaz de identificar cuáles son las minorías étnicas, saben qué es una actitud discriminatoria y consideran que la discriminación que sufren estas minorías es injustificada. Es el resultado de una encuesta realizada por la Asociación Pro Derechos Humanos en Córdoba realizada entre casi 400 jóvenes de entre 18 y 30 años de todos los barrios de la ciudad que ha presentado hoy el secretario general de APDH en Córdoba, Carlos Arce.

Según Arce, existe "una clara dicotomía" entre la teoría y la práctica, es decir, la gran mayoría de jóvenes practican la teoría de lo políticamente correcto cuando se les pregunta sobre comportamientos racistas, porque pueden identificar qué se considera xenofobia y qué no, pero "si se rasca un poco en la vida diaria" caen en el racismo a menudo. En este sentido, más del 80% afirman que afirmaciones como "los migrantes vienen a robar, las personas refugiadas que vienen a España son demasiadas, los gitanos roban o los extranjeros nos quitan el trabajo" están basadas en un prejuicio discriminatorio que generalmente han oído repetir "en la calle y en las redes sociales" principalmente. Sin embargo, casi la mitad de los jóvenes caen en prácticas basadas en la xenofobia como cambiar el bolso de sitio al cruzarse con alguien de una minoría étnica o cambiar de acera por sentirse inseguros en esos casos.

El 84% de los jóvenes afirma haber identificado contenido discriminatorio en las redes sociales, lo que demuestra que esos mensajes basados en prejuicios circulan por esta vía con frecuencia, pero el 80% niega haberlo compartido. "Todos lo reciben, pero nadie lo comparte", ha recalcado Arce, que cuestiona así cómo es posible que esos contenidos sean tan accesibles a la gran mayoría si nadie los difunde.

Al final de la encuesta, a la pregunta directa de si los jóvenes creen tener algún tipo de prejuicio sobre minorías étnicas, más del 50% responde afirmativamente y casi un tercio admite haber actuado de forma diferente ante una persona perteneciente a alguno de esos colectivos.

En este contexto, APDH ha llamado a reflexionar sobre los mecanismos que se emplean para luchar contra el racismo entre los jóvenes porque "no están dando resultados más allá de la superficie". Aunque Arce ha valorado positivamente el consenso generalizado en el plano de lo que no se puede decir en público como un avance, considera que es necesario "revisar" las campañas que se realizan en este ámbito así como los contenidos y los formatos que se emplean en las aulas "ya que es llamativo que a edades tan tempranas tengan interiorizados prejuicios racistas".