Córdoba tiene desde hace años una asignatura pendiente en la zona Norte de la ciudad, la carretera que unirá la ronda Este con la de Poniente cerrando el cinturón de vías urbanas, que aún está incompleto. El trazado necesario para enlazar las rondas Este y de Poniente tiene una extensión de 6,2 kilómetros, de los que 2,4 están en obras desde esta misma semana, momento en el que el Ayuntamiento, a través de Urbanismo, ha retomado los trabajos que la iniciativa privada dejó parados en el 2008, por lo que serán los primeros en entrar en servicio, si todo va bien, dentro de catorce meses, a finales del 2020. Los casi 4 kilómetros restantes tendrán que esperar más tiempo hasta que la Junta, de la que dependen, decida qué hace con ellos, ya que está revisando el proyecto que existe desde el año 2010.

El tramo en obras

El tramo de ronda Norte que vuelve a estar en obras desde el lunes pasado está vinculado al plan parcial de Mirabueno, impulsado por la junta de compensación, cuya propietaria mayoritaria de terrenos era la empresa ya desaparecida Marín Hilinger. Las obras de los 2,4 kilómetros que deben unir Fuente de la Salud con la N-432 empezaron en el 2006 pero quedaron paradas en diciembre del 2008 cuando le faltaba algo más del 30% de ejecución. La junta de compensación argumentó que era imposible continuarlas por falta de recursos y porque se había producido un sobrecoste asegurando que se había pasado de un presupuesto de 21,5 millones entre urbanización y ronda a un coste de 28. Desde el 2009, año en el que al frente de Urbanismo estaba el ya fallecido Andrés Ocaña (IU), lleva el organismo municipal intentando reiniciar ese tramo por ejecución subsidiaria. Cuatro mandatos han hecho falta para llegar a ese fin. El camino ha sido muy complicado por la infinidad de pleitos que ha habido a todos los niveles, entre ellos por un aval de 12 millones que Urbanismo quería utilizar para reiniciar las obras y finalizar las de urbanización de Mirabueno, que también quedaron paradas en el 2008.

Durante ese tiempo se han dado plazos que continuamente se han incumplido por la dificultad del proceso y porque todas las corporaciones querían tener garantías de que podían utilizar el aval sin problemas. Antes de las elecciones del 2011, estando Francisco Tejada (IU) al frente de Urbanismo, el proyecto, que incluía la reposición de daños, quedó revisado y listo para su licitación, pero no llegó a producirse. En el 2013, durante la etapa de Luis Martín (PP), hubo una actualización para aplicarle el nuevo IVA. Entonces aún había pleitos pendientes y tampoco salió a concurso. La certeza de que el aval podía utilizarse llegó con una sentencia firme en el 2016, durante el mandato de PSOE e IU, siendo presidente de Urbanismo Pedro García (IU). Lo que quedaba de obra salió a concurso en enero del 2018 por 10 millones y un plazo de año y medio que en la adjudicación se rebajó a 6,7 millones y 14 meses.

El proyecto en ejecución

El tramo de 2,4 kilómetros de ronda Norte que está en ejecución contempla reparar lo que quedó parado en el 2008 y terminarlo. Según se puede contemplar en los planos del proyecto, el trazado comienza en la parte final de la Asomadilla, en Ingeniero Ruiz de Azúa, a la altura de Sor Ángela de la Cruz. Hasta que se complete este tramo con el previsto por la Junta, la calle Ingeniero Ruiz de Azúa continuará con los dos carriles de distinto sentido de circulación que tiene ahora, pero, a partir de su confluencia con Sor Ángela de la Cruz empezará un nuevo trazado en el que el número de carriles irá en aumento hasta conformarse cuatro (dos por sentido) a partir de la primera glorieta. En esa primera rotonda diseñada entre las calles Madres Escolapias, Mirto y Fuente de la Salud surgirá un ramal hacia la derecha en dirección hacia Fuente de la Salud. La glorieta tendrá tres carriles y sobre ella se alzará un viaducto formado por dos estructuras, una con dos carriles en dirección a Mirabueno y N-432 y otra con otros dos en sentido contrario, es decir, hacia la zona de Poniente (que mueren ahí hasta que la Junta ejecute su tramo).

A la altura de la calle Alhelí, en el barrio de Mirabueno, habrá otra glorieta con la segunda estructura. Entre esas dos primeras rotondas quedarán construidos los cuatro carriles de la ronda, dos en dirección oeste y otros dos en sentido este. Una vía de servicio conectará la calle Alhelí con Madres Escolapias y Fuente de la Salud. En las inmediaciones de las instalaciones deportivas del Club Asland los ramales se separarán generando una glorieta elíptica inferior, que, además, tendrá un paso superior. La parte más compleja del proyecto se encuentra en el enlace con la calle Artesanos y con la avenida de la Agrupación Córdoba por la cantidad de tráficos que confluyen allí. El proyecto incluye carril bici y más arbolado. Tanto el alcalde, José María Bellido, como el presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, aseguraron que durante los catorce meses de ejecución que empiezan ahora el Ayuntamiento diseñará un plan de movilidad para evitar que calles como Escultor Fernández Márquez se colapsen cuando esté terminado este tramo y aún falte el de la Junta.

El tramo en espera

El tramo de ronda Norte que debe ejecutar la Junta no está previsto en el PGOU pero se convirtió en un compromiso para dar continuidad a la parte que está ahora en obras. Tras largos debates sobre el trazado más idóneo, en el año 2010, la exalcaldesa Rosa Aguilar, entonces consejera de Obras Públicas, presentó un anteproyecto muy ambicioso, que implicaba incluso modificar la parte final de la ronda de Poniente. Aquel anteproyecto contemplaba 3,8 kilómetros que partían de la glorieta de Turruñuelos -zona de la ronda de Poniente- y que conectaban en Fuente de la Salud con el tramo privado que ejecuta ahora Urbanismo. El 52% del trazado de la Junta iba soterrado, y el resto, en trinchera. El trazado retocaba la ronda de Poniente desde la salida del túnel de los Omeyas para soterrarla bajo las glorietas de Turruñuelos, Trassierra y Académico García Moreno; continuaba por el Llano de la Arruzafilla aprovechando el canal hasta el parque, tras el que se unía al tramo municipal. El anteproyecto estuvo en exposición pública y recibió alegaciones, de las que algunas fueron aceptadas para mejorar la propuesta. El problema era su coste, 220 millones que se convertían en más de 340 si se ejecutaba por la fórmula público--privada, como se barajó. Hubo incluso un estudio de viabilidad que entró en información pública en octubre del 2010, momento en el que se esperaba el inicio de las tareas arqueológicas, pero el proyecto quedó parado en el 2011 y nunca más se supo de él. Los plazos dados sobre este tramo también se han sobrepasado y con creces. Cuando se presentó el anteproyecto, el periodo de ejecución era de tres años y el objetivo era tener la obra iniciada en el 2011 y acabada en el 2014.

Durante la anterior legislatura, con el PSOE al frente de la Junta, esta ya avisó de que la ronda era inviable por su coste tal y como estaba diseñada. En esta legislatura, PP y Ciudadanos se han comprometido a revisar el proyecto y a presentar una propuesta antes de fin de año. Su idea es cambiar el trazado y evitar pasar por el futuro parque de la Arruzafilla, donde iba una parte semisoterrada aprovechando la huella del canal del Guadalmellato, en la que se utilizaba la técnica de trinchera entre pantallas. Hacer realidad esos casi 4 kilómetros no será fácil. A los trámites propios de un proyecto de esta envergadura hay que sumar los plazos de licitación, cada vez más largos, y de ejecución, por lo que, aunque el principio de la ronda Norte ya está en marcha y con el 2020 como fecha para acabar el primer tramo, el final de la vía completa aún es incierto.