La doctora Pilar Llamas Sillero (Rute, 1966), jefa del servicio de Hematología del hospital universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, siempre ha ido por delante de su tiempo. Empezó la educación general básica a los cinco años y no a los seis y eso la permitió ser la residente más joven de su especialidad de España, ya que comenzó la carrera de Medicina un año antes de lo habitual. Llamas, tras hacer sus estudios primarios y secundarios en Rute (los cuales acabó con matrícula de honor), realizó los estudios de Medicina en Córdoba y la especialidad en el hospital Puerta del Hierro de Madrid, aconsejada por el doctor Francisco Pérez Jiménez, que fue su profesor en la facultad y jefe de Medicina Interna del hospital Reina Sofía. Obtuvo el premio extraordinario fin de carrera y también se doctoró durante la residencia por la Universidad Autónoma de Madrid. Desde el 2003 es jefa del servicio de Hematología y Hemoterapia de la Fundación Jiménez Díaz, lo que implica que en la actualidad, además de directora del departamento de esta especialidad en dicho hospital, lo es también del Infanta Elena de Valdemoro, el Rey Juan Carlos y General de Villalba. El servicio que coordina esta cordobesa ha sido galardonado en tres ediciones con los reconocidos premios Best in Class, que concede Gaceta Médica, la última ocasión el pasado año. También ha sido merecedora esta doctora de la Medalla de Feasan (Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados) 2018 por su estudios sobre la anticoagulación. Y el Ayuntamiento de su localidad natal le otorgó este año el premio Villa de Rute a su trayectoria profesional.

-¿Fue la primera de su familia en elegir la carrera de Medicina?

-Tengo dos tíos médicos, un hermano de mi madre y otro de mi padre. Me gustaban las ciencias y me atraía mucho la investigación y el laboratorio. Cuando estaba en octavo de EGB me iba con mi tío, el hermano de mi madre, a su laboratorio. Opté por la carrera de Medicina porque unía el humanismo, la asistencia, la docencia y la investigación. Cuando acabé la carrera, el examen MIR fue en septiembre, no al año siguiente como es lo habitual. Así que me encerré en mi pueblo, estudiaba 15 horas diarias, y lo saqué, aunque solo tuve dos meses para estudiar. Y luego elegí hematología y lo volvería a hacer ahora de nuevo. En el último curso de carrera tuve al doctor Antonio Torres, que fue durante muchos años jefe de esta especialidad en el Reina Sofía, y en sus clases comprobé que esta especialidad me permitía el laboratorio, la investigación y la clínica.

-Accedió a la jefatura de servicio con solo 37 años.

-En el 2003 llegué a la fundación Jiménez Díaz y el responsable del servicio dejaba el puesto por una serie de motivos. Siempre he sido una persona de retos. Me veía preparada, a pesar de ser más joven que el resto. En 2013 se fue uniendo este hospital a otros, todos públicos, pero de gestión privada por parte de Quirón, que son el Infanta Elena de Valdemoro, Rey Juan Carlos y hospital general de Villalba.

-¿Es complicado dirigir el departamento de cuatro hospitales y ser además profesora asociada de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid?

-Tengo bajo mi responsabilidad a 31 facultativos, ocho médicos residentes, personal de enfermería y un equipo de investigación. Me dejaron desde primera hora formar equipo y una de las cosas que más me enorgullece es que todos nos sentimos un equipo.

-¿Hay muchas mujeres jefas de servicio en los hospitales en los que trabaja?

-Como jefas de servicio hay pocas mujeres y en mi caso particular me he encontrado con algún hándicap en mi carrera. Me ha dado la impresión de que he tenido que demostrar más que era capaz por el hecho de ser mujer. Sin embargo, mi sencillez creo que me ayuda a ser respetada y estoy pudiendo dirigir un servicio con cariño y respeto hacia todos.

-¿Cuáles son las principales áreas en las que trabaja?

-La parte en la que soy más especialista es la trombosis, tanto a nivel clínico como básica. Tenemos una unidad clínica traslacional en hematología experimental, que coordino. Otra línea sobre la trombosis y hemostasia y una tercera unidad de leucemia aguda y trasplante. Por otro lado, trabajamos en un ensayo clínico fase 1, relativo a las nuevas técnicas de terapia celular CAR-T, de tipo académico, que se están empezando a utilizar para abordar determinados cánceres. En nuestro hospital algunos pacientes con neoplasias se han beneficiado, en forma de ensayo clínico, de una modalidad de terapia CAR-T.

-¿Quisiera que el hospital en el que trabaja hubiera sido uno de los elegidos por el Ministerio de Sanidad para la aplicación de estas nuevas terapias CAR-T?

-Fuimos uno de los centros de la comunidad de Madrid que se presentó, pero solo fue elegido uno, el hospital Gregorio Marañón. Pero no hay que preocuparse porque los CAR-T van a dar mucho de sí. Están empezando y hay que estar preparados.

-¿Cada vez se diagnostican más casos de trombosis entre la población, en especial en mujeres?

-Sí, cada vez hay más casos en mujeres. La mujer presenta unas connotaciones especiales, mucha influencia hormonal. Atraviesa varias situaciones hormonales a lo largo de su vida que la exponen a más trombosis. El hecho de que pueda haber tomado anticonceptivos, el embarazo, el parto o los tratamientos de fertilidad. Ante esta situación, trabajamos mucho en la prevención. El ictus es muy conocido, pero la trombosis venosa lo es poco. Ofrecemos formación a los pacientes anticoagulados en la escuela de pacientes para que aprendan a conocer los síntomas de las trombosis.

-España es muy solidaria en la donación de órganos, de médula ósea y de sangre. ¿Pero qué se puede hacer para mejorar y reducir todavía más la lista de espera?

-Los cuatro hospitales para los que trabajo forman parte de la red de la comunidad de Madrid para facilitar la donación de médula en nuestros centros y llevan a su vez a cabo mucha promoción interna de la donación. Por otra parte, seguimos avanzando en ensayos clínicos para que podamos controlar la enfermedad antes de que sea necesario llegar al trasplante de progenitores hematopoyéticos. La novedad desde hace unos años es el trasplante procedente de un familiar no 100% idéntico (haploidéntico). Se ha producido un gran avance para aquellos pacientes que no tienen un donante 100% compatible.

-¿Qué le parece que la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) trabaje junto a hospitales privados españoles para incrementar el número de centros acreditados para poder donar órganos aptos para trasplante?

-Toda la ayuda que se reciba es poca. La ONT tiene claros los requisitos que debe cumplir un hospital que pueda ser extractor de órganos. Así que, aunque sea privado, sí cumple con esos criterios, hay que reconocérselo y añadirlo a la red de centros donantes, ya que va a pasar por el mismo comité, auditoría y criterios que si fuera un centro público.

-¿Y la necesidad de contar con un censo estable de donantes de sangre cómo se logra?

-En nuestro caso particular, llevamos tres años siendo el primer hospital de Madrid en número de donantes de sangre. 9.500 donantes de sangre anuales recogidos solo en la fundación. La promoción de la donación de órganos, tejidos y de sangre es muy necesaria. Independientemente de que el centro de transfusión transmita sus mensajes dentro del hospital, tenemos nosotros mismos que contar con un pequeño equipo activo para trabajar la motivación del donante. Para lograrlo, alumnos de Enfermería nos ayudan también en la captación de donantes.

-Este año el hospital Reina Sofía está celebrando el 40 aniversario de su primer trasplante. ¿Qué le parece esta efemérides y si sigue en contacto con compañeros que ejercen en este centro?

-Me alegro mucho por ese logro del Reina Sofía y, sí, mantengo el contacto con compañeros de promoción, algunos de los cuales trabajan en el Reina Sofía.

-¿Cómo valora haber sido reconocida por su pueblo este año?

-Muy agradecida. Sin duda, un gran honor para mí.

-¿Continúa vinculada a su localidad?

-Sí. Ahora mismo me encuentro aquí en Rute descansando unos días y mis padres (Antonio, que fue maestro, y mi madre Gabriela), pasan en el pueblo todo el verano porque tenemos casa. En Rute siempre estoy para el 15 de agosto y para Navidad y Semana Santa. Tengo aquí primos y amigas. Además, en septiembre seguramente ofrezca una charla organizada por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

-¿Hace publicidad en Madrid de los mantecados, anisados y licores propios de su pueblo?

-Por supuesto. Hace unas semanas vinieron por el hospital en Madrid una familia que era de Rute y me dio mucha alegría.

-Su hermana Inmaculada es profesora de canto del Conservatorio Superior de Música de Córdoba y usted también tiene cualidades en ese sentido. ¿Se dedica en algún momento de su ocio a la lírica?

-Con menos frecuencia de lo que quisiera, pero en el propio hospital tenemos un coro y desempeño un papel muy activo en el mismo. Recuerdo con mucho cariño cuando con 15 años fui directora del coro carmelitano, que ganó un premio organizado por Radio Cabra.