Casi se podría decir que la historia de ABB (Asea Brown Boveri S.A.) en Córdoba es ejemplo de supervivencia de una de las pocas industrias que en esta ciudad se han ido adaptando a los cambios de sus sectores con una apuesta por la continuación de la actividad. Fundada en 1930, esta planta exporta transformadores de potencia aislados en aceite a Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, según explica la corporación suiza (a modo de resumen) en su página web. No obstante, también cabe subrayar algunos hitos de su trayectoria, como que llegó a tener cerca de 1.800 trabajadores en los años de mayor actividad, en torno a los 70, y que es la única fábrica de transformadores de potencia que opera en España.

El origen

Así lo recuerda Germán Toledo, que trabajó para ABB durante 32 años y, entre otras responsabilidades, ha estado más de una década al frente de la federación del Metal de UGT. Según detalla, las instalaciones de la Constructora Nacional de Maquinaria Eléctrica (Cenemesa) nacieron a raíz de una «segregación» de la Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas (Secem), por lo que realizaba su actividad como industria auxiliar, «para surtir y reparar los motores».

En torno a 1970, esta empresa es adquirida por la multinacional Westinghouse, que «se queda con esta línea de fabricación y la potencia trayendo transformadores, interruptores, aparellaje y herramental», precisa. En aquellos años, vendían sus productos a las centrales nucleares o industrias como la granadina Santa Bárbara, dedicada a las armas, y contaban con una línea de servicios para la instalación, reparación y mantenimiento de máquinas. Entre otros hitos, Toledo destaca que en los 70 esta fábrica tuvo que competir con multinacionales como Siemens o Mitsubishi, en el marco de un programa europeo para la instalación de una planta de enriquecimiento de uranio, y superó a las otras compañías, asumiendo la fabricación de transformadores acorazados para esas instalaciones.De este modo, asegura que las instalaciones cordobesas «no tienen competencia» en la producción de estos aparatos.

El análisis

Del mismo modo, el artículo ABB. Patrimonio histórico de la industria de Córdoba, firmado por Francisco Guerrero y editado en el 2017 por la Universidad de Córdoba, afirma que esta empresa es líder mundial en la fabricación de transformadores de potencia, detallando que la cordobesa es «una de las cinco fábricas del mundo donde se pueden fabricar las dos principales tecnologías de transformadores de potencia (columnas y acorazados) a sus máximas potencias». Asimismo, Guerrero agrega que es «la única planta de ABB a nivel mundial donde son fabricados los transformadores de potencia acorazados».

La evolución

Germán Toledo destaca que a finales de los años 80 Westinghouse sale de Córdoba; ABB se marcha de Cataluña y General Eléctrica hace lo mismo en el País Vasco, por lo que «las tres multinacionales se van de España en la fabricación de transformadores». Así, Toledo señala que el sector de bienes de equipo eléctrico tenía unos 12.000 trabajadores en el país, que se redujeron a 4.500 pero, «afortunadamente, no hubo medidas traumáticas para los trabajadores, sino que se pactaron» las salidas. Las instalaciones cordobesas volvieron a Cenemesa y surgió la necesidad de buscar un socio tecnológico que soportara la fabricación, «porque no teníamos patente», subraya.

Para solventar el problema, se impulsó una mesa de negociación «donde los ministerios de Trabajo y de Industria apoyaron la iniciativa de buscar un socio tecnológico para dar viabilidad a las empresas de este país». En 1990, ABB regresa a España «y se queda con todo el sector», añade Toledo. Tres años más tarde, se alcanzó un acuerdo para el centro de Córdoba, por el que se potenciarían los transformadores, los servicios y el aparellaje, «que es la línea de interruptores que quieren cerrar», precisa este histórico sindicalista.

Toledo asegura que esta fábrica «ha sido una mina de oro» y reivindica la apuesta de la Junta de Andalucía por su mantenimiento. Para ello, propone que la empresa retire el Expediente de Regulación de Empleo presentado en junio (que afecta a 59 trabajadores, 49 de Córdoba y 10 de Vizcaya), y se impulse una mesa de negociación en la que participen los gobiernos central y regional, los sindicatos, ABB e Hitachi para abordar el modelo industrial y el futuro de las instalaciones.

La actualidad

A finales del 2018, se cerró la operación (que se completará el año que viene) con la que el gigante japonés adquirió el negocio de power grids (redes eléctricas) de ABB, que es la actividad principal de la planta cordobesa. En su web, la corporación informa de que en el primer trimestre del año ha obtenido un beneficio neto de 535 millones de dólares (un 6% menos interanual) y han aumentado los pedidos y los ingresos. En estos momentos, las instalaciones cordobesas emplean a unos 320 profesionales y se estima que las subcontratas podrían dar trabajo a un centenar de personas. El ERE ha motivado la movilización de la plantilla, que plantea su preocupación por que esta medida pueda ser solo un paso en un posible proceso de desmantelamiento de la fábrica cordobesa. Mañana celebrarán una manifestación para defender esta industria cordobesa, que partirá de la plaza de las Tres Culturas a las 20.30 horas.