Córdoba cuenta desde hoy con un nuevo hotel de cuatro estrellas en el corazón de la ciudad, un auténtico palacio en Las Tendillas. El H10 Palacio de Colomera, que así se llama el primer hotel que la cadena abre en Córdoba, estará hoy listo para recibir a sus primeros huéspedes, aunque la puesta en uso de la totalidad del edificio diseñado a final de los años veinte tendrá que esperar un poco más porque lo que se inaugura ahora es la parte rehabilitada, que tiene 25 habitaciones dobles y 5 junior suites más las zonas comunes, mientras que la nueva seguirá en obras durante un tiempo. La jornada fue un continuo ir y venir de trabajadores montando muebles, limpiando y preparando todo para la apertura de este hotel en el que sus propietarios han invertido entre 10 y 11 millones.

Cruzar la puerta principal del hotel que dirigirá Román de Benito es adentrarse en otra época. Al entrar sorprende su patio porticado recién restaurado, que conserva intacta su fisonomía con la única novedad de su cubierta de cristal. Rejas, vidrieras, cristales y azulejos han sido restaurados para ofrecer ese aspecto remozado que brinda este espacio que, sin duda, será uno de los rincones más atractivos de este hotel, en el que, además, llama la atención la enorme escalera de mármol que se ha conservado y que evoca otro tiempo. En una de las vidrieras se puede contemplar el escudo nobiliario de los Colomera.

La recepción ocupa el espacio que dejó libre La Flor de Levante, que destaca por sus cristaleras curvas. La estancia que ocupó Pañerías Modernas es la cafetería del hotel, en cuya planta baja hay un salón-comedor caracterizado por su arquería. Al subir al primer piso es imposible no detener la mirada en los mármoles exóticos que mandó colocar el conde de Colomera y en la madera de cedro recién restaurada. Las habitaciones, decoradas con muebles a medida y fotografías originales de la ciudad, se caracterizan por su amplitud y las vistas que brindan.

En el edificio de cinco plantas llamará la atención su terraza, que cuenta con una pequeña cafetería y ofrece una visión distinta de Las Tendillas y de parte de la ciudad, con la torre de la Mezquita-Catedral como protagonista. Los característicos pináculos, con sus flores de forja, también han sido restaurados.

La parte que abrirá más adelante alberga 15 habitaciones y es la que se ha ampliado demoliendo el inmueble que había de dos plantas -que no estaba protegido- para edificar uno nuevo de cinco. La intervención deja al descubierto en su estado original el muro que separaba el palacio de la casa que ocupó Simago, presente en el patio ajardinado que tendrá una alberca decorativa. En su hall se verán los restos de un pozo-noria de los siglos XVI y XVII que han aparecido en las obras. En un futuro, si finalmente da frutos la negociación iniciada hace meses entre la propiedad y El Corte Inglés para que el antiguo Simago sea un hotel y no un centro comercial, el establecimiento que hoy abre podría ampliar su capacidad sumándole el edificio de Jesús y María. Aunque hay un principio de acuerdo, todo está en el aire, por lo que, para eso, habrá que esperar más aún. De momento, Las Tendillas cuenta con un hotel de 30 habitaciones que en un mes o dos llegará a 45.