Córdoba contará con 1.200 plazas hoteleras más cuando se hagan realidad los diez proyectos de cuatro y cinco estrellas previstos en la ciudad. Esos diez nuevos establecimientos sumarán más de 630 habitaciones a las ya existentes en la capital (3.568 con 7.085 plazas, según los datos de febrero del INE). La fecha en la que esos hoteles abrirán sus puertas es difícil de presagiar, ya que todo dependerá de los requerimientos que tengan que solventar y del tiempo que tarden en obtener licencia. Cada caso es distinto, ya que unos proyectos son de nueva construcción y otros, rehabilitaciones. Al margen de estas iniciativas, hay solicitadas más para establecimientos del resto de categorías y apartamentos, aunque ni Urbanismo ni Turismo (Junta) han facilitado los datos a este periódico.

De los diez hoteles de envergadura que se esperan a corto plazo, uno, el que Arete 2016 lleva a cabo en la antigua Casa Colomera, es el que va más avanzado, ya que las obras están en la fase final, por lo que será el primero en abrir sus puertas de la mano de la cadena H10. La mayoría de los proyectos se encuentran a la espera de licencia de actividad y obra y algunos aguardan ese permiso desde hace más de dos años. Sin embargo, el que lleva más tiempo en espera y más complicaciones se ha encontrado es el del palacete de los Burgos, para el que Mercer Hoteles solicitó permiso en el 2015.

De la decena de hoteles que vendrán, dos, el que ocupará dos casas de la calleja de las Flores y de la calle Encarnación, y el del palacete de los Burgos (en caso de que finalmente prospere) serán de cinco estrellas, mientras que el resto tendrán cuatro. Cuatro de los futuros establecimientos hoteleros aguardan licencia desde el 2017 y son los previstos en los números 4 de la calleja de las Flores y Encarnación, en el convento de Santa Isabel, en el palacete de El Brillante y en una parcela en la que confluyen las calles Isla Chafarinas e Isla Graciosa, en Noreña. Después, hay dos, uno en el bulevar de Hernán Ruiz, muy cerca de las estaciones de tren y autobuses, que solicitó la licencia a mitad del 2018; y otro en la confluencia de la avenida de América con Fernando de Córdoba, que la pidió a final de ese año.

El resto de iniciativas no han llegado aún a la fase de la licencia, ya que están tramitando la aprobación de los estudios de detalle de las parcelas en las que irán, como ocurre con el hotel que ocupará el aparcamiento de Bodegas Campos y el que albergará una vivienda del siglo XIX ubicada en Carbonell y Morand, en plena Cuesta del Bailío. Ambos tienen el estudio de detalle aprobado inicialmente.

Promotores y arquitectos coinciden en señalar que las licencias están tardando «una eternidad», cuando antes de la crisis se otorgaban en medio año, y que la situación está «peor que nunca». Para el presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje de Córdoba (Aehcor), Alejandro Navarro, los plazos «son inasumibles». Además, explica que en algunos casos Turismo y Urbanismo no coinciden, por lo que piensa que debería haber más coordinación. Navarro exige a las administraciones implicadas en la autorización que «sean diligentes con las solicitudes». Aunque lo peor es, a su juicio, que «con todos estos proyectos pendientes de licencia que van a ayudar a generar empleo, nos encontramos que las viviendas con fines turísticos, que no crean puestos de trabajo, solo necesitan una declaración responsable para operar».

Urbanismo, por su parte, indica que los hoteles tienen otros trámites que pasar, como lograr el visto bueno de Turismo y Cultura; que es normal que surjan discrepancias en temas puntuales; y que la rehabilitación de edificios históricos presenta dificultades. De los proyectos en espera, asegura que está muy avanzada la tramitación de los futuros hoteles de El Brillante, del convento de Santa Isabel y de Noreña, y que el de la calleja de las Flores recibirá licencia pronto, mientras que analiza otros, como el de Hernán Ruiz. En el caso de los dos que están con los estudios de detalle, explica que aún no tiene los proyectos.

Una de las personas que mejor conoce la actividad hotelera, ya que, entre otros, ha dirigido el hotel de cuatro estrellas de la Casa de las Pavas, Francisco Mulero, subraya la importancia que tiene para la recuperación del patrimonio la rehabilitación de edificios históricos para su conversión en hotel, ya que se acaban perdiendo si sus propietarios no invierten en su mantenimiento.